viernes, 27 de marzo de 2015

Una santa que «engolosina» almas. Santa Teresa de Jesús.

Fue santa, escritora, mística y líder. Una mujer que dejó una profunda huella capaz de transmitir su pasión a las almas ateas con un lenguaje tan sencillo como poderoso. Cercano de tan natural y lleno de imágenes que le confieren una fuerza especial. 
La escritora asturiana María Teresa Álvarez invitó ayer a los asistentes a la última de las cuatro conferencias del ciclo organizado por el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS con motivo del V centenario de Santa Teresa de Jesús, a leer los escritos de la santa. Una «gozada» que ella ha tenido ocasión de releer para preparar la exposición de un personaje «al que admiro» y por el que confiesa un respeto supremo. Y quizás vuelva a ellos con más intensidad porque el coordinador del Aula de LA VOZ, Armando Arias, la conminó a escribir un libro sobre Teresa de Jesús en un plazo no superior a los dos años. Aplauso de un auditorio lleno de nuevo, que minutos antes ya había premiado a la escritora por su exposición.
De escritora a escritora. María Teresa Álvarez decidió abordar así la figura de la santa abulense, intercalando la lectura de párrafos de su obra con las investigaciones de los expertos y su propia opinión. Destacó de ella su «valentía» en un siglo, el XVI, en el que la mujer tenía un papel completamente subordinado al del hombre y que ella, con inteligencia, supo esquivar. La escritora, la asturiana, cree que la mística, «siempre en el punto de mira del Tribunal de Inquisición por visionaria y por seguir a los alumbrados», atribuye sus escritos al mandato de sus confesores para «disculpar» su afición a la escritura. Una mera disculpa, según Álvarez, desmontada por su febril trabajo, con libros, textos y más de mil cartas, de las que se conservan la mitad.
Aseguró ayer que Santa Teresa «intentaba mantenerse en la ortodoxia», esa que dejaba a la mujer en un segundo plano, «pero su interior se rebelaba» a través de textos que «son un diálogo directo con Dios». En ellos se libera explicando sus pensamientos y sentimientos y describe sus experiencias místicas. «No es una mística teorizante sino experimental», según rescató María Teresa Álvarez de los estudios sobre la santa.
«Estuvo siempre en el punto de mira de la Inquisición por visionaria»«Ella intentaba mantenerse en la ortodoxia pero su interior se rebelaba»«Tiene un estilo propio que no busca notoriedad sino llegar con sus textos»

A esa intención de ilustrar y culturizar a sus monjas se puede asociar su estilo literario. Ante todo, «propio», coinciden todos, porque no busca ninguna notoriedad sino «llegar con sus textos», aunque para ello tenga que recurrir al lenguaje más «coloquial». Esa naturalidad no quiere decir, advirtió la escritora, que no trabajara cada frase. Y como muestra, la intención de Santa Teresa de «engolosinar a las almas». «¿Acaso no es la palabra más perfecta para lo que quiere decir?», se preguntó Álvarez.
El caso de Edith Stein
El poder de seducción de sus escritos lo ejemplificó en el caso de Edith Stein, filósofa alemana atea, que en 1921, por pura casualidad, sacó de la biblioteca un libro de Teresa de Jesús. «Cuando lo cerré, me dije: aquí está la verdad». Judía, se convirtió al catolicismo e ingresó en la Orden Carmelita.


Es el poder de Santa Teresa, la 'feminista' del siglo XVI, temor de las autoridades eclesiásticas de su tiempo por el recelo que despertaba el liderazgo espiritual de una mujer, y «espíritu libre», que trató de defender el espacio de las mujeres.
Teresa Álvarez

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