“Queridos hermanos y hermanas,
No cesan, lamentablemente, de llegar noticias dramáticas desde
Siria e Irak, relativas aviolencias, secuestros de
personas y abusos contra los cristianos y otros grupos. Queremosasegurar
a las personas involucradas en estas situaciones que no las olvidamos, sino
que estamos cerca de ellas y rezamos insistentemente para que lo antes posible
se ponga fin a la brutalidad intolerable de la cual son víctimas. Junto
con los miembros de la Curia Romana he
ofrecido esta intención en la última Santa Misa de los Ejercicios Espirituales,
el viernes pasado. Al mismo tiempo les pido a todos, según las propias posibilidades, de trabajar
para aliviar el sufrimiento de cuantos están en la prueba, a
menudo solamente por la fe que profesan. Recemos por estos hermanos y estas
hermanas que sufren por la fe en Siria y en Irak. Recemos en silencio”.
Asimismo el Sucesor de Pedro,
Padre y Pastor de la Iglesia Universal, recordó la situación de aguda tensión que está viviendo la Nación hermana de
Venezuela. En el corazón del Pontífice, el muchacho muerto hace pocos
días en San Cristóbal:
“Deseo
recordar también a Venezuela, que está viviendo de nuevo momentos de aguda
tensión. Rezo por las víctimas y, en particular, por el chico muerto hace pocos
días en San Cristóbal. Exhorto
a todos a rechazar la violencia y a respetar la dignidad de cada persona y la
sacralidad de la vida humana, y los animo a volver a
emprender un camino común para el bien del país, reabriendo espacios de
encuentro y diálogo, sinceros y constructivos.Encomiendo
ese amado país a la intercesión materna de Nuestra Señora de Coromoto”.
Finalmente el Pontífice dirigió
sus saludos a todos los fieles presentes en la plaza de San Pedro, familias,
grupos parroquiales, asociaciones, peregrinos en Roma, de Italia y de otros
países. También saludó a los fieles provenientes de San Francisco, California,
a los jóvenes de las parroquias de la isla de Formentera, a los grupos de
Fontaneto d'Agogna y Montello, a los Bomberos de Tassullo, y a los chicos de
Zambana.
Palabras
especiales tuvo hacia los
seminaristas de Pavia presentes
en la plaza junto con su rector y padre espiritual, quienes han apenas
terminado los ejercicios espirituales y hoy regresan a su diócesis:
“Pidamos por ellos y por todos los seminaristas la
gracia de ser buenos sacerdotes”, expresó.
“Les
deseo a todos un buen domingo. No se olviden, por favor, de rezar por mí. ¡Buen
almuerzo y hasta la vista!”
(GM – RV)
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