La enseñanza, es una hermosa tarea porque permite ver cómo crecen día tras día las personas confiadas a nuestro cuidado. Es cómo ser padres, al menos espiritualmente. ¡Es una gran responsabilidad!`` Así se ha dirigido el Papa esta mañana a los miembros de la Unión Católica Italiana de profesores (UCIIM) a los que ha recibido en audiencia en el Aula Pablo VI. ``La enseñanza -ha añadido- es un compromiso serio que sólo una personalidad madura y equilibrada puede realizar. Un compromiso de este tipo puede atemorizar, pero hay que recordar que ningún maestro está solo: comparte su trabajo siempre con el resto de los colegas y con toda la comunidad educativa a la que pertenece``.
``Como Jesús nos enseñó, toda la Ley y los Profetas se resumen en dos mandamientos: Amarás al Señor tu Dios y amarás al prójimo. Podemos preguntarnos: ¿Quién es el prójimo para un maestro? ¡El prójimo son sus alumnos! Con ellos pasa sus días. Son ellos los que de él esperan orientación, una dirección, una respuesta - y, antes de esto, ¡buenas preguntas! -ha continuado-. Entre las tareas de la UCIIM no puede faltar la de iluminar y motivar una justa idea de escuela, a veces eclipsada por las discusiones y posiciones reductivas. La escuela esta hecha ciertamente de una educación válida y cualificada, pero también de relaciones humanas, que para nosotros son las relaciones de acogida, de benevolencia, que se ofrece a todos indistintamente. De hecho, el deber de un buen maestro, mucho más el de un maestro cristiano, es amar con mayor intensidad a los estudiantes más difíciles, más débiles, más desfavorecidos``.
Francisco ha mencionado que si hoy en día una asociación profesional de maestros cristianos quiere dar testimonio de su inspiración, está llamada a comprometerse con las periferias de la escuela, ``que no se pueden abandonar a la exclusión, la ignorancia, y la mala vida``, y les ha alentado a seguir el ejemplo de las muchas figuras de grandes maestros que existen en la comunidad cristiana para animar desde el interior una escuela que, independientemente de su administración estatal o no, necesita educadores creíbles y testigos de una humanidad madura y completa. ``La enseñanza -ha finalizado- no es sólo un trabajo: es una relación en la que cada maestro debe sentirse plenamente involucrado como persona, para dar sentido a la tarea de la educación de sus estudiantes... Os animo a renovar vuestra pasión por el ser humano en su proceso de formación y a ser testigos de vida y esperanza``.
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