domingo, 14 de diciembre de 2014

El pobre es el preferido del Señor, está en el centro del Evangelio:

“Los pobres nos evangelizan siempre, nos comunican la sabiduría de Dios misteriosamente”: fueron las palabras del Papa a la Delegación de los Amigos de Gabriel Rosset y de la Asociación Foyer Notre Dame des Sans-Abri recibidos en audiencia esta mañana en la Sala Clementina en el Vaticano.
En su discurso el Papa manifestó su aprecio por el empeño de esta Asociación por “los más pobres, las personas que la sociedad rechaza, que no tienen un techo ni algo para alimentarse, no tienen trabajo y, por lo tanto, tampoco dignidad”.
Al recordar al Fundador de la Asociación, Gabriel Rosset, quien “había escuchado el grito de los pobres y había dado respuesta con generosidad”, el Pontífice subrayó que “este llamado no es otra cosa que el llamado del mismo Cristo sufriente: en las personas que ustedes sirven – dijo – ustedes tocan sus heridas y las curan y al mismo tiempo ellos les ofrecen una enseñanza muy profunda porque a través de ellos ustedes encuentran a Jesús.
El Obispo de Roma destacó además que hoy cuando la persona humana es frecuentemente rechazada como inútil porque no rinde más, Dios al contrario, reconoce siempre en ella la dignidad y la nobleza de un hijo amado. El pobre es el preferido del Señor – afirmó – está en el centro del Evangelio”.
Francisco les agradeció luego por este testimonio de misericordia “que dan con tantas acciones concretas” mediante las cuales “alivian la miseria de las personas, dándoles una nueva esperanza y restituyéndoles su dignidad. No hay un medio más bello – agregó – para anunciar hoy al mundo la alegría del Evangelio”.
Finalmente, el consejo del Papa a los Amigos de Gabriel Rosset y de la Asociación Foyer Notre Dame des Sans-Abri: “permanecer siempre firmemente fieles al nombre que su Fundador quiso dar a su obra Notre-Dame des Sans-Abri.¡Qué hermoso nombre! ¡La madre de Jesús que da el techo a sus hijos!” – dijo. Y destacó la dimensión mariana de este compromiso por los otros: “el corazón de María está lleno de compasión por todos los hombres, sobre todo por los más pobres”. “Y es su ternura, junto a aquella de la Iglesia, que se manifiesta a través de ustedes”.
Pido a “Nuestra Señora de los sin techo” - dijo el Papa al finalizar su discurso - que los custodie en el camino, haga fecundo su compromiso y de fe y esperanza a todos los que encuentren.

(MCM-RV)

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