Jerusalén - La tregua que ha comenzado
es algo bueno, pero no servirá de nada si las condiciones en Gaza siguen siendo
las de una tierra desesperada en estado de asedio, donde sólo puede crecer el
miedo y la frustración que alimentan el odio.
Casi parece que se busque hacer
de Gaza una fábrica de desesperados, listos para convertirse fácilmente en
extremistas dispuestos a todo”. Con estas palabras, el patriarca de Jerusalén
de los latinos Fouad Twal subraya en una conversación con la Agencia Fides, la
fragilidad que se vive e invita a reflexionar sobre lo insuficiente que será a
largo plazo esta suspensión temporal de las acciones acordadas entre Israel y
Hamas. Según el Patriarca es necesario eliminar las condiciones estructurales
que alimentan el odio ciego, a partir del embargo: “Hasta los túneles
construidos en Gaza”, señala Su Beatitud Twal “son un producto del embargo a su
manera: si se pone fin a este asedio, si se abren las calles y se permite la
libertad de movimientos de personas y mercancías, si se permite la pesca libre
en el mar frente de Gaza, entonces todo podrá hacerse más superficial y nadie
tendrá que cavar túneles subterráneos para pasar”.
En opinión del patriarca latino de Jerusalén, el deseo perverso y ciego de
aniquilar al enemigo está convirtiendo a la población civil de Gaza en víctima
a sacrificar: “Basta con mirar los nombres de las víctimas: el 70 por ciento”,
señala Su Beatitud “son mujeres y niños: también sugiere que, entre los muchos
túneles, Hamas no pensó en construir refugios subterráneos para el pueblo”.En
cuanto a las reacciones internacionales, el Patriarca también envía un mensaje
importante a los que siguen expresando sus declaraciones verbales de
solidaridad con los cristianos y las personas que sufren en Oriente Medio:
“Llegan muchas cartas de muchos amigos que viven en otros países y continentes.
Damos las gracias a todos, pero tal vez hay mucha compasión y poco ayuda
concreta. Fui a visitar a los heridos fuera de Gaza que están en el Hospital
Francés, y me quedé impresionado. Sus familias también necesitan de todo.
Nosotros hacemos lo que podemos con Cáritas y los recursos del Patriarcado,
pero recibimos muy poco apoyo desde el exterior, nos llega muy poca ayuda
concreta y efectiva. No es suficiente con mensajes y declaraciones hechas en la
red para decir: estamos con vosotros”. .
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