domingo, 16 de marzo de 2014

Haz la diferencia en esta Cuaresma


Todo hombre, aunque sea muy religioso, siente que su actuar y su vida no siempre están en paz y reconciliación con Dios; se da cuenta de que a veces no está religado a Dios, sino que ha roto su relación con Él. Dejarse reconciliar es volver a aceptar nuestra condición "religiosa" y establecer con Dios las relaciones auténticas: no de enemistad o de odio, sino de amor y de amistad; no de separación o apartamiento, sino de cercanía e intimidad. 

Las prácticas religiosas son necesarias, pero si no surgen del corazón, del recinto interior del hombre, fácilmente son manipulables al servicio de nuestros objetivos egoístas. Jesucristo quiere ofrecer al hombre un recto uso de estos actos. 

Continuamos con las últimas 8 reflexiones para que hagas de esta Cuaresma, un momento diferente en tu vida..

1. Siéntete a gusto en tu Iglesia, pide por ella, por el Papa, los obispos, los sacerdotes. En medio del desierto que estamos viviendo, también el maligno nos invita a dudar, a abandonar alejándonos de ellos. Ni sus representantes son tan buenos como quisieran ni, por supuesto, tan mediocres como algunos nos los pintan.

2. Haz oración, no pienses que es difícil, es cuestión de decidirse. Si fueras a un médico, te diría que el funcionamiento del corazón es muy difícil de explicar, pero el paciente, sin saber tanto, siente que en su interior se mueve con dos movimientos. La oración es el palpitar de Dios con el hombre y del hombre con Dios.

3. Bríndate generosamente, haz algo, aunque sea pequeño, en favor de alguna causa; pero sobre todo, cuando lo realices, ofréceselo a Dios; no te conviertas en un simple miembro de una "ONG". Como cristiano, la fuente de tú hacer el bien está en Dios y no en el altruismo que no rompe las barreras horizontales.

4. Busca la paz, trabaja por ella en lugares tan cercanos como el trabajo, la escuela o la familia. ¿De qué nos sirve añorar la paz en el mundo, si luego somos incapaces de conseguirla en nuestros pequeños campos de batalla?

5. Si hace tiempo que no frecuentas el Sacramento de la Confesión, haz un esfuerzo; nuestra vida necesita un contraste, un consejo, una palabra oportuna. Alguien que, en nombre de Jesús, vaya al fondo de nosotros, nos cure y nos perdone. A veces, hasta una copa limpia necesita de una mano que la deje resplandeciente.

6. Guarda vigilia y ayuna, nunca como hoy están tan de moda diversas recetas para adelgazar: no comer y hacer mucho ejercicio; pero la Cuaresma nos dice que para hacer fuerte el espíritu, es necesario -en el nombre de Jesús- estos signos (guarda, vigila y ayuna) que denotan algo muy importante: LO HACEMOS PORQUE JESÚS LO VIVIÓ PRIMERO Y FORTALECIÓ PARA TOMAR DECISIONES TRASCENDENTES. Lo contrario, en el fondo, es debilidad de fe.

7. No te avergüences de ser católico y cristiano. ¿Por qué todo el mundo dice lo que quiere y nosotros hemos de ser tan prudentemente peligrosos con nuestro silencio?, ¿por qué tan tolerantes con otras religiones y tan poco respetuosos con la nuestra?, las raíces de nuestra tierra, recuérdalo, revívelo y manifiéstalo, son cristianas. ¡De ti depende!

8. Si vives bien y, además, arropado por el dinero, piensa que es una bendición de Dios. Comparte, algo por lo menos, con los necesitados. Una organización católica, tu parroquia, etc., serán el mejor cauce y el más seguro camino, para -no solamente hacer limosna- sino además promover la justicia y el amor.

Estos días que vivirás de Cuaresma es la invitación a alejarte del ruido de la vida diaria para sumergirte en la presencia de Dios: Él quiere transmitirnos, cada día, una palabra que penetra en las profundidades de nuestro espíritu, donde discierne el bien y el mal. (cf Hb 4, 12) y fortalece la voluntad de seguir al Señor.

Lee todo esto, piénsalo, medítalo y, con Cristo, sube ligero de equipaje y con una vida llena de fe hacia la Pascua. 

P. Dennis Doren

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