sábado, 21 de octubre de 2017

PAPA FRANCISCO A LOS SEMINARISTAS: LOS SACERDOTES DEBEN SER SIGNOS DE ESPERANZA




La actividad pública del Papa Francisco inició hoy sábado con una audiencia en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico a la Comunidad del Pontificio Colegio Pío-Brasileño de Roma, que está celebrando los trecientos años del hallazgo de la Imagen de Nuestra Señora de Aparecida. 

“Ustedes no son más párrocos o vicarios parroquiales sino sacerdotes estudiantes, y esta nueva condición puede generar desequilibrio entre los cuatro pilares que sostienen la vida de un presbítero: la dimensión espiritual, la dimensión académica, la dimensión humana y la dimensión pastoral”, les recordó el Pontífice.

“En este periodo de sus vidas, la dimensión académica ocupa el primer lugar. Ello no puede significar descuidar los otros aspectos. Es necesario preocuparse de la vida espiritual: la Misa de cada día, la oración cotidiana, la lectio divina, el encuentro personal con el Señor, el rezo del rosario.

También la dimensión pastoral debe ser cuidada: según las posibilidades, es saludable y aconsejable desarrollar alguna actividad apostólica. Y en cuanto a la dimensión humana, es necesario sobre todo evitar que, ante un cierto vacío generado por la soledad –porque ahora se disfruta menos de la consolación del pueblo de Dios que cuando se estaba en la diócesis –, se pierda la perspectiva eclesial y misionera de los estudios”.

“¿Cómo es posible mantener el equilibrio entre estos cuatro pilares fundamentales de la vida sacerdotal? El remedio más eficaz contra el riesgo del desequilibrio es la fraternidad sacerdotal... que se basa en el hecho que, mediante la Ordenación sacerdotal, participamos en el único sacerdocio de Cristo y formamos una verdadera familia”.

Para custodiar la fraternidad sacerdotal, es necesario evitar las habladurías: “Lo que más daño hace a la fraternidad sacerdotal son las habladurías. La habladuría es un acto terrorista, porque tú con la habladuría ¡tiras una bomba, destruyes al otro y te vas tranquilo!”. El pueblo de Dios “ama ver y tiene necesidad de ver que sus sacerdotes se quieren y viven como hermanos”.

Refiriéndose a la situación actual del Brasil, el Papa dijo que “en este momento difícil de su historia nacional, cuando muchas personas parecen haber perdido la esperanza en un futuro mejor a causa de los enormes problemas sociales y de una escandalosa corrupción, el Brasil tiene necesidad que sus sacerdotes sean un signo de esperanza. 

Los brasileños tienen necesidad de ver un clero unido, fraterno y solidario, en el que los sacerdotes se encuentran a enfrentar juntos los obstáculos, sin ceder a las tentaciones del protagonismo o del hacer carrera. Estoy seguro que el Brasil superará su crisis y tengo confianza que en esto ustedes serán protagonistas”.

El Papa les aseguró que en esta tarea pueden contar siempre con una ayuda particular: la ayuda de nuestra Madre del Cielo, que los brasileños llaman Nuestra Señora de Aparecida.

“Quiera la Virgen María, con su apoyo y socorro, ayudarles a vivir la fraternidad presbiteral, haciendo que su período de estudio en Roma produzca, además del título académico, frutos abundantes”.

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