miércoles, 21 de junio de 2017

Uno de cada diez euros de ayuda a los cristianos perseguidos sale de España


La memoria anual de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN por sus siglas en inglés), que se ha presentado este martes en Madrid, ofrece el perfil de las necesidades de la Iglesia perseguida y pobre. En 2016, ACN financió 5.303 proyectos en 148 países. Las prioridades fueron la construcción o reconstrucción de iglesias (el 30 % de los fondos) y la formación de sacerdotes, religiosos y laicos (el 22 %). Geográficamente, las regiones que recibieron más ayuda fueron África (27,5 % de los fondos) y Oriente Medio (22,6 %). Este último dato coincide con la creciente necesidad de financiar proyectos de emergencia (el 18,6 % del presupuesto para proyectos) y con el hecho de que Irak y Siria fueran los países que más ayuda recibieron: 9,8 y 5,9 millones de euros respectivamente.
En esta labor, es fundamental la aportación desde España. Si en 2016 ACN recibió 129 millones de euros, el 10 % procedía de nuestro país. Aquí, además, crece el compromiso con los cristianos perseguidos. Según explica a Alfa y Omega Javier Menéndez Ros, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada España, los ingresos por donativos llevan creciendo de forma estable cinco años. También en 2016 crecieron tanto los donativos (un 15 %) como el dinero recibido (un 6 %), aunque los ingresos totales bajaron un 5,4 % al reducirse los procedentes de herencias.
De lo ingresado en España, el 90,6 % se dedicó a los fines propios de ACN: el 85,8 % a proyectos, y el 4,8 % a acciones de sensibilización. Uno de los pilares de esta labor de concienciación es el Informe de Libertad Religiosa que ACN publica cada dos años en siete idiomas. «Es importante que una entidad católica haga un informe así, y tiene una acogida muy buena –afirma Menéndez Ros–. Nos consta que mucha gente lo utiliza, también en algunas embajadas, nunciaturas, y en la Comisión Europea».
Menos visible, pero también importante es la presencia de ACN en las diócesis a través de 15 delegaciones. En 2016 se abrieron dos nuevas, en Terrassa y Zaragoza. La meta a largo plazo es tener una delegación en cada diócesis, como otras realidades eclesiales, para «aportar nuestro carisma», aunque de momento trabaja para llegar a todas las comunidades autónomas.
María Martínez López

Alfa  y Omega

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