El director de L’Osservatore Romano presenta este jueves en Madrid el libro Pablo VI. Un hombre como vosotros junto al cardenal Osoro
«Ha sido el Papa de nuestro tiempo», afirma con rotundidad Giovanni Maria Vian. Pero para muchos sigue siendo un gran desconocido. «Un olvidado». «Pablo VI no ha sido un Papa popular, a pesar de que su impronta está presente en todo el desarrollo posterior de la Iglesia hasta hoy», asegura el director de L’Osservatore Romano.
Vian presenta este jueves en Madrid Pablo VI. Un hombre como vosotros (Ediciones Cristiandad) en la librería Neblí (Serrano, 80), a las 19:30, en compañía del arzobispo de Madrid. Se trata una selección de textos de Juan Bautista Montini, la mayoría anteriores a su elección como Obispo de Roma, y muchos hasta ahora prácticamente desconocidos.
«He pretendido mostrar a un hombre que fue un cristiano moderno, un apasionado de Cristo que se cuestionó a fondo sobre las grandes preguntas de la vida, la muerte, la pobreza, el mundo contemporáneo, el mal…», dice el historiador y periodista, uno de los mayores expertos sobre Pablo VI, de quien su padre fue amigo desde la juventud.
El título del libro está extraído de su discurso ante las Naciones Unidas, en 1965, pero las imágenes que, según el autor, mejor describen a este Papa son las que le muestran en una audiencia general estrechando manos con sencillez y naturalidad, «como un hombre moderno normal». Aparecen en un documental de la televisión italiana de aquellos años. «Aludirá años después a ese gesto en el funeral por Pablo VI el entonces arzobispo de Múnich, uno de sus cuatro últimos cardenales», Joseph Ratzinger, quien por cierto comentaría en 1978 cómo Montini se planteó la posibilidad de la renuncia. «Es un texto impresionante. El futuro Benedicto XVI estaba hablando de su propio destino sin saberlo».
¿Por qué dice que Montini es el Papa clave de nuestro tiempo?
Porque entendió como nadie la modernidad. No fue el primero. Pío XII se acercó a ella, pero no con la sensibilidad de Montini, que por otra parte fue su colaborador más estrecho. Cuando, en 1950, se encuentra por primera vez con Jean Guitton, Montini le pregunta para qué sirve hablar de la verdad si los hombres de nuestro tiempo no nos entienden. Una década después vendría el Concilio y Juan XXIII diría aquello de que el Evangelio no cambia, pero sí la forma de presentarlo.
El pontificado de Pablo VI ha marcado decisivamente la historia de la Iglesia desde entonces, pero ha quedado eclipsado por el de su antecesor, Juan XXIII, y por el de su sucesor, Juan Pablo II. Ahora el Papa Francisco lo está devolviendo a la memoria de la Iglesia y del mundo.
Se suele decir que la personalidad de Bergoglio recuerda a la de Juan XXIII, pero su línea pastoral se asemeja más a la de Pablo VI. ¿Es acertado verlo así?
Yo creo que este Papa tiene bastante de Juan XXIII, y antes de Pío X, por el afán pastoral, la cercanía a la gente… Pero también recuerda a Juan Pablo II, un Papa que viene de lejos, que provocó un impacto enorme, que tuvo enseguida una popularidad inmensa, aunque después vinieron unas oposiciones inmensas. Esto ayuda a entender que las oposiciones a Francisco hoy no son para tanto. Pero sí es verdad que su afán de evangelizar lo acerca más a Pablo VI. En las congregaciones generales anteriores al cónclave en el que fue elegido, al presentar el ideal de una Iglesia en salida, incluye dos citas de Pablo VI, y sabemos que a Bergoglio no le gusta citar. Y cada vez que habla de Pablo VI se le nota una gran cercanía. Montini es su Papa.
¿Es su Papa?
Sin ningún lugar a dudas. Él ha canonizado a Juan XXIII y a Juan Pablo II, pero esas causas estaban ya avanzadas.
Ahora podría canonizar a Montini.
Ya lo ha beatificado, y los rumores dicen efectivamente que podría canonizarle. Este mes se cumplen 50 años de la encíclica Populorum progressio, pero el próximo año son los 50 de la Humanae vitae y los 40 de su muerte. Repito: son rumores. Como director de L’Osservatore Romano no sé nada más. Dicen que hay un milagro, pero tendría que pasar todavía por la congregación.
En octubre participó usted en el simposio homenaje a Pablo VI organizado por la Conferencia Episcopal Española. ¿Cree que se ha superado la incomprensión desde España a Montini?
El simposio fue muy importante, porque aunque Pablo VI quería mucho a España, España no entendió a Pablo VI, y esta iniciativa de la CEE fue un acto de justicia, de agradecimiento póstumo.
«Este es un pontificado que va a incidir, y mucho, en el futuro de la Iglesia»
La próxima semana se cumple el cuarto aniversario de la elección de Francisco. ¿Qué destacaría de lo que va de pontificado?
Francisco ha confirmado que es esencialmente un Papa misionero. Cuando, en las congregaciones generales, describe el identikit del futuro Papa, habla de un hombre que, adorando y contemplando a Jesucristo, debe ayudar a la Iglesia a salir de sí misma hacia las periferias, hacia las fronteras, que no son solamente geográficas, sino también existenciales. Es la vocación misionera de los jesuitas, que contribuyeron a lanzar a la Iglesia por todo el mundo. Y eso es lo que está haciendo este Papa.
Hace unas semanas, en su visita a la parroquia de Santa María Josefa de Castelverde, unos niños le preguntaron cómo se llega a ser Obispo de Roma. Él les explicó que no se elige al mejor ni al más inteligente o astuto, sino que el Papa es el que Dios manda a la Iglesia en cada momento. Y su sucesor a lo mejor no será más inteligente. O sí, eso no se sabe. Pero lo que sí sabemos es que será el Papa que Dios quiera para la Iglesia.
¿Cómo ve que va reaccionando la Iglesia a ese impulso misionero?
No es algo que se cambie de hoy a mañana, pero esto es ya un movimiento irreversible. Yo soy muy optimista. Este es un pontificado que va a incidir, y mucho, en el futuro de la Iglesia. Sin duda.
Ricardo Benjumea
Alfa Y Omega
No hay comentarios:
Publicar un comentario