Antiguamente, el Papa era elegido por los párrocos de Roma. Por eso, además del anillo y la birreta, cada cardenal recibe simbólicamente el título de una iglesia romana. Algunas semanas más tarde, la comunidad de esa parroquia lo acoge con una solemne ceremonia.
Anoche el cardenal Carlos Osoro tomó simbólicamente posesión de la basílica de Santa María in Trastévere de Roma, confiada a la Comunidad de Sant’Egidio, y entró a formar parte del clero de Roma. Fue a última hora del sábado, con la Misa más importante que celebra este movimiento cada semana en Roma. Entre los participantes estaba su fundador Andrea Riccardi.
«Quiero comenzar dando gracias a Dios por el regalo que el Santo Padre, Papa Francisco, me ha dado al entregarme el título de cardenal de Santa María en Trastévere, incorporándome así a la Iglesia de Roma como cardenal presbítero. Gracias a todos los que formáis esta comunidad parroquial, y muchas gracias a la Comunidad de Sant’Egidio, con la que, desde mis inicios en el ministerio sacerdotal y episcopal, he querido contar para el anuncio del Evangelio», les saludó el cardenal.
«En la diócesis de Madrid he sentido su cercanía, y la colaboración que hacen a mi ministerio en el anuncio de la Buena Nueva a los más pobres», explicó. También reconoció que le alegraba «poder estar más cerca aún de quienes habéis vivido el origen de esta comunidad, que busca hacer verdad la cultura del encuentro, sirviendo siempre a los más pobres, en las circunstancias más adversas que dificultan las relaciones fraternas entre los hombres».
Marco Gnavi, párroco de la basílica, le agradeció su cariño hacia la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid. «Estamos un poco celosos, le pido que nos quiera como quiere a los de Madrid», bromeó.
Entre los asistentes estaba el embajador de España, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga. Además, concelebraron con el cardenal Pietro Marini, maestro de ceremonias de Juan Pablo II, y el español José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para la Vida Consagrada. También participaron peregrinos de Madrid, entre ellos, un pequeño grupo de la parroquia de San Antón.
Este domingo, 26 de febrero, el cardenal Osoro conocerá varias de las iniciativas que la comunidad fundada por Andrea Riccardi mantiene en Roma. Visitará la basílica de San Bartolomé en la Isla Tiberina, santuario de los nuevos mártires de los siglos XX y XXI; así como un centro para extranjeros de la mano de Daniela Pompei, responsable de los corredores humanitarios de Sant'Egidio, y una casa-hogar para enfermos terminales.
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