jueves, 12 de enero de 2017

Por qué debemos escuchar las advertencias de Bauman sobre los riesgos del «amor líquido»


Ha fallecido el filósofo y sociólogo polaco que explicó la sociedad «líquida» y la importancia de las relaciones personales
Erik Gandini, director ítalo-sueco, parte de Suecia en un viaje cinematográfico que lo lleva a Etiopía. Su película (La teoría del amor de Suecia) nació a partir de una reflexión sobre el manifiesto propuesto por el Parlamento sueco en 1972, La familia del futuro.
El concepto básico es que toda auténtica relación humana debe basarse en la independencia: la independencia de la mujer respecto a su marido, de los adolescentes con respecto a sus padres, de los ancianos con respecto sus hijos. Pero la independencia, sin embargo, limita el contacto y la interacción personal: por ello hoy, después de 50 años, la mitad de la población vive sola, y cada vez más mujeres se convierten en madres solteras a través de la inseminación artificial
¿Por qué una vida segura y protegida puede tornarse tan poco satisfactoria? Una posible respuesta es la del famoso sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, quien demuestra que una vida sin problemas no es necesariamente una vida feliz:
«Debemos hacer frente a los retos; se llega a la felicidad cuando se puede controlar a los desafíos planteados por el destino. De hecho, el aumento de la comodidad puede hacernos sentir perdidos. Una cosa que no tenemos y que no nos puede ser proporcionada por el Estado ni por los políticos, es pasar tiempo con los demás, estar con otras personas: nuestro estar en un grupo. De esto usted se tiene que ocupar. Las personas acostumbradas a la independencia están perdiendo la familiaridad de vivir con otras personas, debido a que ya se ven privados de la capacidad de socializar. Socializar es agotador porque implica negociar y volver a negociar, discutir, acordar, volver a crear. La independencia priva de la capacidad de hacer todo esto. Nuestra vida está ahora dividida: online y offline, conectado y desconectado. La primera no tiene riesgos: es muy fácil hacer amigos en Internet; en realidad, así nunca percibe uno la propia soledad. Y si alguien no te gusta, simplemente dejas de interactuar con él. En el mundo offline es difícil evitar la confrontación. Cuanto más independientes somos, nos volvemos menos capaces de detener nuestra independencia y sustituirla por una interdependencia agradable».
Un estilo de vida líquido (una categoría muy querida por el distinguido sociólogo) es atractivo para muchas personas, ya que ofrece un intercambio sin restricciones; más exactamente, sin compromisos.
El amor, en cambio, requiere compromiso y esfuerzo. Las redes sociales hacen que sea más fácil encontrar la forma de salir de los compañeros, haciendo crecer cada vez más una tendencia que ha llegado a ser dominante en Occidente.
Para Bauman (1925 – 2017), el sociólogo polaco naturalizado británico, nuestra sociedad podría estar a pocas décadas a la destrucción de todos los vínculos interpersonales, una tendencia que ha visto progresivamente el final de los partidos políticos, de los sindicatos, y de las relaciones entre las familias y las instituciones como la escuela, y que en algunos casos ha convertido a los individuos en átomos que no pueden construir lazos de ningún tipo, condenándolos a la soledad y a la única satisfacción del consumo.
De hecho, el consumismo se ha convertido en figura señera de Occidente, en una ideología única e intocable con un solo enemigo: el amor.
Este lunes 9 de enero hemos tenido que despedirnos de un gran pensador, uno de los pocos capaces de advertirnos en contra de estos abusos. Se le echará de menos.
Lucandrea Massaro

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