Advierte que «es una visita al Papa en la casa de todos, y no se paga. ¡Esas personas son delincuentes!»
Saliendo al paso de quienes engañan a los peregrinos, el Papa Francisco ha denunciado el miércoles a «algunos ‘listos’ que cobran por los billetes» de entrada a las audiencias generales, ya sea en la plaza de San Pedro o en el Aula Pablo VI durante los meses de frio.
Enseñando un billete de color rojo, el Santo Padre hizo notar que «aquí está escrito en seis idiomas: ‘este billete es totalmente gratuito’. No se debe pagar. Es una visita al Papa y es gratuita. Si alguien os pide dinero os está estafando».
Como este tipo de abusos se ceban sobre todo en personas que vienen de muy lejos, el Papa ha dado la alarma para que la noticia llegue a todo el mundo. Lo ha dicho con la máxima claridad: las audiencias generales de los miércoles son «una visita al Papa en la casa de todos, y no se paga. ¡Esas personas son delincuentes! ¡Eso no se hace! ¿Entendido?».
Los peregrinos a Roma empiezan a correr peligro de estafa nada más asomarse a las marquesinas de los aeropuertos de Fiumicino y Ciampino o de la Estación Termini. Allí le salen al paso los conductores de taxis piratas, que les llevarán por recorridos tortuosos y les esquilmarán entre sonrisas y bromas. En los autobuses y en otros lugares en que se concentra gente, actúan los carteristas con perfección inigualable.
A pesar de que la Guardia di Finanza vigila los establecimientos comerciales, siempre hay restaurantes y bares que «clavan» a los peregrinos extranjeros, especialmente a los japoneses y otros asiáticos.
Hay también estafadores que revenden billetes de entrada en los Museos Vaticanos, pero los peores ladrones son los que venden a los peregrinos los billetes de entrada en la audiencia, que son totalmente gratuitos.
El código de colores, puertas de entrada y zonas tiene por objeto colocar juntos a los grupos de peregrinos, dando preferencia en los puestos más cercanos al Papa a los que vienen de más lejos o lo han solicitado antes.
Los billetes se retiran en la plaza de San Pedro el martes por la tarde, exhibiendo un documento de identidad o bien el fax o correo electrónico de la Casa Pontifica en que se confirma la reserva.
Precisamente el discurso del Papa se centraba este miércoles en los falsos ídolos, como las ideologías, el dinero, el poder, el éxito o la belleza física cuanto se convierten en objetos de culto. En ese contexto, Francisco incluyo otra falsedad: cobrar por un encuentro de familia que es absolutamente gratuito.
Juan Vicente Boo/Corresponsal de ABC en el Vaticano
Alfa y Omega
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