En la tradicional Audiencia General en el último miércoles de octubre, luego de reflexionar sobre el Evangelio de Mateo, Capítulo 2, versículos 13-15 que narra la huída del Señor a Egipto, el Santo Padre Francisco siguió meditando sobre las obras de misericordia. En esta ocasión, centró su catequesis en otras dos de las obras de misericordia corporales: dar posada al peregrino y vestir al desnudo.
Después de saludar a los fieles y peregrinos presentes en la plaza de San Pedro y de anunciar la reflexión del día, Francisco recordó que el Señor nos ha entregado las obras de Misericordia "para mantener siempre viva y dinámica nuestra fe", y que ellas evidencian que nosotros, los cristianos, no estamos cansados ni perezosos en la espera del encuentro final con el Señor, sino que cada día vamos a su encuentro, "reconociendo en su rostro el de tantas personas que piden ayuda". "La historia de la humanidad es una historia de migraciones" dijo, y "el compromiso de los cristianos es urgente hoy como en el pasado".
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