Un grupo de desconocidos irrumpieron en la noche del domingo al lunes en la basílica de la Transfiguración del monte Tabor, en Israel. Los asaltantes robaron varios cálices y una caja con las ofrendas de los fieles. También esparcieron sagradas formas por el suelo y dañaron los iconos. Una imagen de la Virgen en bronce fue hallada en el jardín, presumiblemente después de que los ladrones la abandonaran por su peso.
Monseñor Giacinto-Boulos Marcuzzo, vicario patriarcal de Jerusalén, ha explicado a AsiaNews que no creen que la profanación y el robo sean parte de un ataque confesional. «Parece más probable que se trate de un caso de delincuencia común, sobre el cual por el momento hay sólo sospechas, pero nada más que eso».
Monseñor Marcuzzo hizo estas declaraciones después de desplazarse hasta la basílica para comprobar los daños. «Fue realmente una fuente de dolor y pena asistir a estos estragos», explicó. Subrayó que se trata de un incidente «grave» que muestra «la falta de sentido de lo sagrado, de lo divino», de los autores. Por el contrario, este respeto es algo que habitualmente está «muy presente en esta tierra», y no solo entre los cristianos, sino también entre los judíos y los musulmanes.
Sin pintadas judías
La hipótesis del robo desvincula este incidente de la violencia y los ataques de índole confesional realizados en el pasado por extremistas y colonos judíos. En los últimos años, estos radicales han atacado la iglesia cercana al Cenáculo, la basílica de Nazaret y otros lugares de culto católicos y ortodoxos, así como mezquitas. En estos casos, suelen dejar en las pareces dibujos y leyendas ofensivas, que no había en la basílica del monte Tabor.
«Ya hemos llevado a cabo una pequeña oración de reparación, con un nuevo acto de consagración» concluye el prelado, que anuncia «un acto oficial de reparación que se llevará a cabo en las próximas semanas. Un gesto que confirma nuestro amor por el lugar, nuestro sentido de lo sagrado y la devoción a la Virgen. Serán invitados todos aquellos que tienen un nexo con este lugar, incluyendo, obviamente, a los musulmanes».
Alfa y Omega
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