Una Iglesia "anunciadora alegre del Evangelio de la misericordia y testigo de la esperanza". Así ve el Papa Francisco a la Iglesia europea, y así se lo hizo ver a la Plenaria de las Conferencias Episcopales Europeas, en un mensaje dirigido al cardenal Erdo.
"Que la Iglesia en Europa puede convertirse siempre más en ‘Iglesia en salida'", es el clamor de Bergoglio, leído ayer por el presidente de la CCEE. Los obispos europeos, reunidos en el Principado de Mónaco, escucharon las palabras del Pontífice, en las que muestra su "profundo aprecio por la significativa contribución" en lo tocante a "la promoción de las relaciones fraternas y eclesiales, que manifiesta la importancia de la comunión y la alegría de la fe".
Al tiempo, el Papa alienta a la Iglesia europea a "proseguir con confianza" un camino e servicio, teniendo en cuenta "los dos pulmones" del continente, el oriental y el occidental. Con sus matices y tonalidades propias.
Finalmente, el Papa invita a los obispos a "iluminar las conciencias de los creyentes, ofreciéndoles criterios de juicio y discernimiento, para no dejarse desviar por una cultura mundana".
El mensaje de Francisco concluye con un agradecimiento a la década de Peter Erdo al frente de este organismo de colaboración entre los obispos de toda Europa. "Usted - escribe el Papa- ha sabido servir con mansedumbre y sabiduría, poniendo por arriba de todo la caridad evangélica. ¡Gracias por su celo pastoral!".
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