«Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, no me dejes solo que me perdería». Millones de niños en todo el mundo han recitado y recitan esta oración junto con sus padres antes de irse a dormir. El 2 de octubre se celebra la fiesta de los Santos Ángeles Custodios, una festividad que se universalizó en el siglo XVII, y que conmemora a los ángeles de la guarda.
Los custodios aparecen ya en el salmo 90: «No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos». Aunque los primeros vestigios de la fiesta aparecen en el siglo V, en España y Francia, donde ya se celebraba de forma particular.
La historia de los Santos Ángeles Custodios se fue extendiendo poco a poco y apareció de nuevo de forma generalizada en el año 800 en Inglaterra. Fue en 1670 cuando el Papa Clemente X estableció oficialmente el 2 de octubre como el día de la celebración de la fiesta para los Santos Ángeles de la Guarda, la fiesta de los ángeles particulares de cada persona.
Uno de los grandes santos que tuvo un especial peso en la difusión de la fiesta fue san Bernardo, quien en el año 1010 hizo un famoso sermón acerca del Ángel de la Guarda. San Bernardo asegura que los cristianos, sobre los ángeles de la guarda, respetamos su presencia, agradecemos sus favores y confiamos en su ayuda.
José Calderero @jcalderero
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