Un grupo de catequistas de Madrid participa este fin de semana en el Jubileo de los catequistas en Roma. Es el arranque de un curso en el que se estudiará como renovar la catequesis en Madrid para evangelizar mejor a niños y adultos
La archidiócesis de Madrid va a estudiar durante este curso cómo renovar la catequesis de iniciación cristiana de niños y adultos para dotarla de un sentido más evangelizador. Según Manuel Bru, delegado de Catequesis de Madrid, «se va a renovar tanto el itinerario catequético como los materiales que se están utilizando». Y en esta dinámica de cambio «se va a repensar de nuevo todo: las edades de cada tramo catequético, las temáticas, los métodos para la transmisión de la fe…», al estilo de propuesta del Papa Francisco en Evangelii gaudium de replantear «costumbres, estilos, horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial» para evangelizar mejor el mundo de hoy.
Para llevar esto a cabo, la Delegación de Catequesis ha organizado un grupo de trabajo de expertos muy variado: procedentes del entorno académico, como la Universidad San Dámaso o la Universidad de Salamanca, o las congregaciones religiosas con mayor trayectoria en el campo de la transmisión de la fe, como los Salesianos o el Instituto San Pío X de los hermanos de La Salle. El equipo lo completarán catequistas que ejercen hoy su misión en Madrid.
Dos van a ser las claves principales de la renovación: el catequista y la prioridad de la Palabra de Dios. «Hasta ahora –explica Manuel Bru–, la catequesis en España ha reproducido en general el recorrido que sigue el Catecismo de la Iglesia católica: credo, vida moral y oración. Pero hoy en Europa, para responder al contexto sociológico actual, el camino de la catequesis se está invirtiendo, para partir de textos de la Palabra de Dios». El motivo es que «hoy la mayoría de los catecúmenos no son niños que han recibido la fe en su familia o adultos con una buena formación previa, sino todo lo contrario. En un entorno tan secularizado como el nuestro, hay que empezar la catequesis por el primer anuncio, que en el caso de los niños supone incluso fomentar el despertar religioso».
De este modo, el principio de la catequesis «no puede ser el Catecismo, sino el Evangelio, como ha sucedido siempre en la historia de la Iglesia. No podemos atiborrar de primeras a los niños con una información que no les llega, sino que debemos despertar en ellos la inquietud religiosa, y eso se hace con la Palabra de Dios, con el Evangelio», explica Manuel. Por eso, uno de los instrumentos que valorará este grupo de trabajo es el Oratorio de Niños Pequeños, una herramienta de formación y oración «muy valorada por catequistas y sacerdotes de sensibilidades muy diversas».
El catequista, esencial
La segunda clave para la renovación de la catequesis es el catequista. Se buscará trascender el modelo catequético profesor-alumno, y se ofrecerá a los catequistas formación intelectual, espiritual y habilidades comunicativas. En primer lugar, la Delegación ofrecerá este año un Curso de catequética con diez bloques temáticos que abordarán el lenguaje, la metodología, la relación entre catequesis y compromiso, la interioridad, la catequesis familiar… El curso consiste en 26 sesiones de dos horas, los jueves de 17 a 19 horas, en el salón de actos de Alfa y Omega, con la posibilidad de seguirlo online.
Además, la Delegación pondrá a disposición de parroquias, arciprestazgos y vicarías cursos de entre tres y ocho sesiones para desarrollar en lugares, días y horarios elegidos por los interesados. Y ofrece también a los catequistas un curso especial de pedagogía catequética, para adquirir habilidades de comunicación eficaz y sobre dinámica de grupos. Este esfuerzo se completará con tres tandas de ejercicios espirituales (en febrero, marzo y abril), y diferentes encuentros de catequistas por vicarías.
Juan Luis Váquez Diaz-Mayordomo
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