El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, el cardenal Ricardo Blázquez, ha reclamado, ante más de 9.000 peregrinos españoles congregados en la explanada al pie de la muralla del santuario de Czestochowa, compasión ante los últimos atentados y una Europa que no cierre sus fronteras.
Blázquez ha presidido una misa con jóvenes españoles, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia, que dará comienzo oficialmente mañana martes 26 de julio.
En el encuentro con los jóvenes, que ha comenzado a las 14,30 horas, el presidente de la Conferencia Episcopal Española ha concelebrado la misa con los también cardenales Antonio María Rouco Varela y Antonio Cañizares, junto a los responsables de juventud de la Conferencia Episcopal, monseñor Novell y monseñor Carlos Escribano. En total, 51 obispos españoleshan estado presentes en el primer acto masivo de peregrinos españoles.
En la homilía, el Arzobispo de Valladolid ha señalado, en referencia al Año de la Misericordia proclamado en la Iglesia, que "la compasión debe guiar a la humanidad apesadumbrada por nuevas y antiguas inquietudes e incertidumbres, por el llanto de las víctimas en atentados y por la inseguridad diaria de los ciudadanos. "Sin respeto de las personas y sin la misericordia recibida y otorgada se hace inhóspito nuestro mundo", ha advertido.
Ante los más de 9.0000 jóvenes, según fuentes de la organización, congregados en la explanada del histórico santuario mariano de Jasna Gora, Blázquez ha reclamado que las fronteras no encierren a Europa en su egoísmo y nivel de vida, sino que sean una incitación para ir al encuentro de los demás y trabajar unidos a favor de la humanidad que en el proyecto de Dios es una sola familia.
"El humanismo cristiano, vivido por los padres fundadores de Europa, debe promover los derechos de cada uno sin olvidar los deberes de todos. En los cimientos del edificio europeo está el reconocimiento de todo ser humano con la dignidad de persona, que Dios custodia", ha advertido.
Así, ha pedido una Europa de hombres libres y solidarios, acogedores de las personas, porque han comprendido que Dios bendice la hospitalidad. "No colma nuestras aspiraciones una Europa que se atrinchera en su prosperidad y se cierra al clamor de quienes llaman a sus puertas y de quienes a distancia contemplan nuestro bienestar postrados en la pobreza y la desesperanza. Queremos una Europa cuyos jóvenes puedancompartir con otros jóvenes la esperanza en el futuro desde el Atlántico hasta los Urales, desde el Mar del Norte hasta el Mediterráneo", ha añadido.
En la fiesta del patrón de España, el Apóstol Santiago, el cardenal ha querido recordarle como "el maestro de la fe cristiana", como aparece en el parteluz del Pórtico de la Gloria en la catedral de Compostela. "Santiago es también peregrino y aliento de peregrinos; nos enseña recorrer como evangelizadores y pacificadores los caminos de Europa", ha recordado.
El presidente de los obispos españoles también ha recordado la primera Jornada Mundial de la Juventud celebrada en España: "En 1989 en la IV Jornada Mundial de la Juventud escuchamos muchos el mismo Evangelio en el Monte del Gozo, a las puertas de Santiago de Compostela. Unimos también así la Galicia de España con la Galicia de Polonia. Celebramos este acontecimiento extraordinario justamente en la patria y en la diócesis de Cracovia, donde ejerció el ministerio episcopal el Papa Juan Pablo II, con quien están íntimamente unidas las Jornadas Mundiales de la Juventud; a él, en efecto, se debe esta iniciativa pastoral".
El arzobispo de Valladolid ha destacado que es saludable peregrinar para desentumecer los cuerpos y despertarse del sopor espiritual. Finalmente, ha expresado su deseo de que la Jornada Mundial de Cracovia sea un foco de fe y de esperanza, de evangelización y humanización.
A la celebración religiosa, han asistido varias autoridades de la Embajada española en Polonia. El embajador, Agustín Núñez, ha manifestado a Europa Press su satisfacción "por esta manifestación de fervor comunitario y religioso de miles de españoles y por este acto maravilloso".
El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, ha afirmado antes de comenzar la misa que hay que dar gracias a Dios. "Resulta evidente que los jóvenes tienen unas antenas especiales para captar la presencia de Dios y las necesidades de los demás", ha añadido.
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