jueves, 30 de junio de 2016

30 de junio: Protomártires de la Iglesia Romana


Tanto el historiador pagano Tácito, en su obra Annales o Historiae –el primero de sus dos principales trabajos: la historia del Imperio romano desde el 69 hasta el asesinato del emperador Domiciano en el 96–, como el Papa Clemente, en su Carta a los Corintios, testifican que muchos cristianos sufrieron martirio en medio de indecibles tormentos con la persecución desencadenada por el emperador Nerón después del incendio de Roma, en el año 64.
En ese verano hubo en la Ciudad que llaman Eterna un pavoroso incendio, posiblemente el mayor que ha conocido Roma a lo largo de su historia, a pesar de ser tan larga y de tanta guerra y saqueo, porque, según cuentan lenguas, aquel no fue ocasional, ni bélico; se debió al desenfrenado deseo lúdico de la maldad del loco que se hacía llamar dios y deseaba tener motivo de inspiración poética digna de dioses.
Luego, para acallar los rumores populares y los ayes de la desgracia, desvió la responsabilidad soberana haciendo que las miradas se fijasen en una casta suficientemente odiada por el pueblo por sus desmesurados excesos, llamada vulgarmente como los cristianos.
El historiador pagano de los Anales refiere que «el autor de este nombre fue Cristo, el cual, imperando Tiberio, había sido ajusticiado por orden de Poncio Pilato, procurador de la Judea; y aunque por entonces se reprimió algún tanto aquella perniciosa superstición, tornaba otra vez a reverdecer, no solamente en Judea, origen de este mal, sino también en Roma».
«Fueron, pues, detenidos al principio los que profesaban públicamente esta religión, y después, por delaciones de aquellos, una multitud infinita, no tanto por el delito del incendio que se les imputaba, como por hallarse convictos de aborrecimiento al género humano. Añadióse a la justicia que se hizo de estos la burla y escarnio con que se les daba la muerte».
«A unos vestían de pellejos de fieras, para que de esta manera los despedazasen los perros; a otros ponían en cruces; a otros echaban sobre grandes rimeros de leña a los que pegaban fuego para que, ardiendo con ellos, sirviesen de alumbrar en las tinieblas de la noche».
Así se cuentan los hechos que hicieron tantos mártires cristianos anónimos, desconocidos. Aunque seguramente la mayor parte eran gente humilde, del pueblo, no es improbable que también se contaran importantes políticos, militares o ricos. No se sabe. Cierto es que Nerón empezó a castigar a los culpados de ser cristianos con todas las exquisiteces de tormentos inventadas hasta el momento. Y hasta es posible que la estupidez humana adquiriera cotas tan altas que justificara aquello como bueno. Fue por estos tiempos por los que testificaron al máximo el amor a Cristo Pedro y Pablo.
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LA LEY DEL SEÑOR ES PERFECTA



Del Salmo 18:

 Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. 

Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. 

Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. 

Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. 

Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos
News. Va

¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate y camina'?




Evangelio según San Mateo 9,1-8. 

Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad.

Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados". 

Algunos escribas pensaron: "Este hombre blasfema". 

Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal? 


¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate y camina'? 

Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". 


El se levantó y se fue a su casa.


Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres. 

Dolor de Papa Francisco por el atentado de Turquía, “Que el Señor convierta los corazones de los violentos”

 Queridos hermanos y hermanas,
ayer por la noche, en Estambul, se llevó a cabo un atroz ataque terrorista que ha matado y herido a muchas personas. Recemos por las víctimas, por los familiares y por el querido pueblo turco. Que el Señor convierta los corazones de los violentos y sostenga nuestros pasos sobre la vía de la paz.  Recemos todos en silencio. Ave María (…)
Se ha concluido hace poco en Roma, la Conferencia Internacional sobre las inversiones responsables de impacto social, titulada: “Hacer del Año de la Misericordia un acto de impacto para los pobres”. Que puedan las inversiones privadas, junto con aquellas públicas, favorecer a la superación de la pobreza de tantas personas marginadas.
Dirijo un cordial saludo a todos ustedes, familias, grupos parroquiales, asociaciones y fieles individuales provenientes de Italia y de tantas partes del mundo, especialmente de España, de Ucrania y de China. Saludo a los estudiantes de las escuelas católicas de Londres y de los Estados Unidos de América, y las Hermanas USMI de Lombardía.
Mi saludo de hoy va sobre todo para los fieles de Roma, ¡en la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, Patronos de la Ciudad! Por esta ocasión la asociación “Pro Loco” de Roma ha promovido la tradicional “Infiorata”, -alfombra de flores- realizada por diversos artistas y por los voluntarios del Servicio Civil. ¡Gracias por esta iniciativa y por las bellas representaciones florales! También deseo recordar el espectáculo pirotécnico que tendrá lugar esta noche en la Plaza del Pueblo, cuya recaudación irá destinada a apoyar obras de caridad en Tierra Santa y en los Países de Medio Oriente.
 A todos les deseo una buena fiesta. La fiesta de los patronos de Roma. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
(Mónica Zorita- Radio Vaticano)
(from Vatican Radio)

Pedro y Pablo mensajeros aún hoy de la misericordia y paz de Jesús, dijo el Papa y encomendó al mundo a María, antes del rezo del Ángelus

«Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
Celebramos hoy la fiesta de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, alabando a Dios por su predicación y su testimonio. Sobre la fe de estos dos Apóstoles se funda la Iglesia de Roma, que desde siempre los venera como patronos. Sin embargo, es toda la Iglesia universal la que mira hacia ellos con admiración, considerándolos dos columnas y dos grandes luces que brillan, no sólo en el cielo de Roma, sino en el corazón de los creyentes de Oriente y de Occidente.
En la narración de la misión de los Apóstoles, el Evangelio nos dice que Jesús los envió de dos en dos (cfr Mt 10,1 – Lc 10,1). En cierto sentido, también Pedro y Pablo, desde Tierra Santa, fueron enviados hasta Roma, para predicar el Evangelio. Eran dos hombres muy distintos entre sí: Pedro «un humilde pescador». Pablo «maestro y doctor», como reza la liturgia de hoy. Pero si aquí en Roma conocemos a Jesús, si la fe cristiana es parte viva y fundamental del patrimonio espiritual y de la cultura de este territorio, se debe al coraje apostólico de estos dos hijos del Cercano Oriente. Ellos, por amor de Cristo, dejaron su patria y descuidando las dificultades del largo viaje y de los riesgos y de la desconfianza que habían de encontrar, llegaron a Roma. Aquí se hicieron anunciadores y testigos del Evangelio entre la gente y sellaron con el martirio su misión de fe y caridad.
Pedro y Pablo vuelven hoy idealmente entre nosotros, vuelven a recorrer las calles de esta Ciudad, llaman a la puerta de nuestras casas, pero sobre todo de nuestros corazones. Quieren volver a traer a Jesús, su amor misericordioso, su consolación, su paz ¡Tenemos tanta necesidad de ello! ¡Acojamos su mensaje! ¡Atesoremos su testimonio! La fe escueta y firme de Pedro, el corazón grande y universal de Pablo nos ayudarán a ser cristianos alegres, fieles al Evangelio y abiertos al encuentro con todos.
Durante la Santa Misa, en la Basílica de San Pedro, esta mañana, he bendecido los Palios de los Arzobispos Metropolitanos nombrados en el último año, provenientes de diversos países. Renuevo mi saludo y les deseo a ellos, a sus familiares y a cuantos los han acompañado en esta peregrinación. Y los aliento a proseguir con alegría su misión al servicio del Evangelio, en comunión con toda la Iglesia y en especial con la Sede de Pedro, como expresa precisamente el signo del Palio.
En la misma celebración, he acogido con alegría y afecto a los Miembros de la Delegación llegada a Roma en nombre del Patriarca Ecuménico, el queridísimo hermano Bartolomé. También esta presencia es signo de los fraternos lazos que existen entre nuestras Iglesias. Oremos para que se refuercen cada vez más los vínculos de comunión y el testimonio común.
A la Virgen María, Salus Populi Romani, encomendamos hoy al mundo entero, y, en particular esta ciudad de Roma, para que pueda encontrar siempre en los valores espirituales y morales que la enriquecen el fundamento de su vida social y de su misión en Italia, en Europa y en el mundo».
(Traducción del italiano: Cecilia de Malak – RV)
(from Vatican Radio)

miércoles, 29 de junio de 2016

EL SEÑOR ME LIBRÓ DE TODAS MIS ANSIAS

Del Salmo 33:

El Señor me libró de todas mis ansias
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. 

El Señor me libró de todas mis ansias
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,ensalcemos juntos su Nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. 

El Señor me libró de todas mis ansias
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
Él lo escucha y lo salva de sus angustias. 

El Señor me libró de todas mis ansias
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a Él. 

El Señor me libró de todas mis ansias

ESTOS MÁRTIRES, EN SU PREDICACIÓN, DABAN TESTIMONIO DE LO QUE HABÍAN VISTO. SAN PEDRO Y SAN PABLO POR SAN AGUSTÍN




El día de hoy es para nosotros sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo. 
No nos referimos, ciertamente, a unos mártires desconocidos. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto y, con un desinterés absoluto, dieron a conocer la verdad hasta morir por ella.

San Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que llegó a oír de él estas palabras: Ahora te digo yo "Tú eres Pedro". Él había dicho antes: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Cristo le replicó: "Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Sobre esta piedra edificaré esta misma fe que profesas. Sobre esta afirmación que tú has hecho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, edificaré mi Iglesia. Porque tú eres Pedro. "Pedro", una palabra que se deriva de piedra, y no al revés. "Pedro" viene de "piedra", del mismo modo que "cristiano" viene de "Cristo,". 

El Señor Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus discípulos, a los que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el único que representó la totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello, en cuanto que él solo representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar estas palabras: Te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves las recibió no un hombre único, sino la Iglesia única. De ahí la excelencia de la persona de Pedro en cuanto que él representaba la universalidad y la unidad de la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido entregado a todos. Pues sepáis que la Iglesia ha recibido las llaves del reino de los cielos, escuchad lo que el Señor dice en otro lugar a todos sus apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Y a continuación: A quienes les perdonéis los pecados les serán perdonados y a quienes se los retengáis les quedan retenidos. 
En este mismo sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó también a Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él fuera el único de los discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que Cristo, por el hecho de referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad de la Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es porque Pedro es el primero entre los apóstoles. No te entristezcas, apóstol; responde una vez, responde dos, responde tres. Venza por tres veces tu profesión de amor, ya que por tres veces el temor venció tu presunción. Tres veces ha de ser desatado lo que por tres veces habías ligado. Desata por el amor lo que habías ligado por el temor. A pesar de su debilidad, por primera, por segunda y por tercera vez encomendó el Señor sus ovejas a Pedro. En un solo día celebramos el martirio de los dos apóstoles. 

Es que ambos eran en realidad una sola cosa, aunque fueran martirizados en días diversos. Primero lo fue Pedro, luego Pablo. Celebramos la fiesta del día de hoy, sagrado para nosotros por la sangre de los apóstoles. Procuremos imitar su fe, su vida, sus trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.




Evangelio según San Mateo 16,13-19. 

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?". 

Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas". 

"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?". 

Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". 

Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. 

Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. 

Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". 

martes, 28 de junio de 2016

Texto del saludo del Santo Padre Francisco al Papa Emérito Benedicto XVI:


Santidad, hoy festejamos la historia de una llamada que comenzó hace sesenta y cinco años con su ordenación sacerdotal en la Catedral de Frisinga el 29 de junio de 1951. ¿Pero cuál es la nota de fondo que recorre esta larga historia y que desde aquel primer inicio hasta hoy la domina cada vez más?
En una de las tantas bellas páginas que Usted dedica al sacerdocio, subraya que, en la hora de la llamada definitiva de Simón, Jesús, mirándolo, en el fondo le pregunta sólo una cosa: "¿Me amas?".
¡Qué bello y verdadero es esto! Porque está aquí, Usted nos dice, es en aquel "me amas" que el Señor funda el apacentar, porque sólo si existe el amor por el Señor Él puede apacentar a través de nosotros: "Señor, tú sabes todo, tú sabes que te amo" (Jn 21, 15-19). Esta es la nota que domina una vida entera gastada en el servicio sacerdotal y de la teología que Usted, no casualmente, ha definido como "la búsqueda del amado"; es esto lo que Usted ha testimoniado siempre y testimonia aún hoy: que lo decisivo en nuestras jornadas - con sol o con lluvia - sólo aquella con la que viene todo lo demás, es que el Señor esté verdaderamente presente, que lo deseemos, que interiormente estemos cerca de Él, que lo amemos, que verdaderamente creamos profundamente en Él y creyendo lo amemos verdaderamente.
Es este amar lo que verdaderamente nos colma el corazón, este creer es lo que nos hace caminar seguros y tranquilos sobre las aguas, también en medio de la tempestad, precisamente como sucedió a Pedro; este amar y este creer es lo que nos permite mirar hacia el futuro no con miedo o nostalgia, sino con alegría, incluso en los años ya avanzados de nuestra vida.
Y así, precisamente viviendo y testimoniando hoy de modo tan intenso y luminoso esta única cosa verdaderamente decisiva - tener la mirada y el corazón dirigido a Dios - Usted, Santidad, sigue sirviendo a la Iglesia, no deja de contribuir verdaderamente con vigor y sabiduría a su crecimiento; y lo hace desde aquel pequeño Monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano que se revela de ese modo algo muy diferente que uno de aquellos rincones olvidados en los cuales la cultura del descarte de hoy tiende a relegar a las personas cuando, con la edad, sus fuerzas decaen. Es todo lo contrario; y esto ¡permite que lo diga con fuerza Su Sucesor que ha elegido llamarse Francisco!
Porque el camino espiritual de San Francisco comenzó en San Damián, pero el verdadero lugar amado, el corazón pulsante de la Orden - allí donde la fundó y donde, en fin, entregó su vida a Dios - fue la Porciúncula, la "pequeña porción", el rinconcito ante la Madre de la Iglesia; cerca de María que, por su fe tan firme y por vivir enteramente del amor y en el amor con el Señor, todas las generaciones llamarán bienaventurada.
Del mismo modo, la Providencia ha querido que Usted, querido Hermano, llegara a un lugar por decirlo de alguna manera "propiamente franciscano", del que brota una tranquilidad, una paz, una fuerza, una confianza, una madurez, una fe, una entrega y una fidelidad que me hacen tanto bien y me dan tanta fuerza a mí, y a toda la Iglesia. Y me permito, que también de Usted viene un sano y alegre sentido del humor.
El anhelo con el que deseo concluir es, por tanto, un anhelo que dirijo a Usted, y junto a todos nosotros, a la Iglesia entera: ¡Que Usted, Santidad, siga sintiendo la mano de Dios misericordioso que lo sostiene, que experimente y testimonie el amor de Dios; que, con Pedro y Pablo, siga exultando con gran alegría mientras camina hacia la meta de la fe (Cfr. 1 Pt, 8-9, 2 Tim, 4)!

Francisco a Benedicto: "Su fidelidad me hace mucho bien y me da mucha fuerza a mí y a toda la Iglesia"


Los dos Papa, de nuevo juntos. Francisco presidió el acto de homenaje por el 65 aniversario de la ordenación sacerdotal de Benedicto XVI, el Papa emérito. Cariño a raudales entre los dos Papas. Francisco le agradece su fidelidad, que le da fuerza a él y a toda la Iglesia. Y Benedicto le da las gracias y le pide que siga llevando a la Iglesia por el camino de la misericordia.
Nada más entrar en la Sala, Francisco se dirige a a abrazar a Benedicto, que se sienta en un sillón blanco cerca del estrado. A Ratzinger se le ve frágil, pero entero.
Algunas frases del discurso de Francisco
"Santidad, hoy festejamos la historia de una llamada iniciada hace 65 años con su ordenación sacerdotal"
"Una vida entera dedicada al servicio sacerdotal y de la teología, que usted mismo definió como la búsqueda del amado"
"Testimonia que la cosa decisiva en nuestras jornadas es que el Señor esté realmente presente, que lo deseemos, que seamos cercanos a Él, que lo amemos, que creamos realmente en Él"
"Este creer nos hace caminar tranquilos sobre las aguas"
"Para mirar al futuro no con miedo, sino con alegría y esperanza"

"Tener la mirada y el corazón vuelto al Señor"
"Usted sigue sirviendo a la Iglesia...desde el pequeño monasterio Mater Ecclesiae"
"Permita que lo diga con fuerza su sucesor, que eligió llamarse Francisco. Porque el camino espiritual de San Francisco se inició en San Damiano, pero el corazón de su orden fue la Porciuncula"
"La Providencia quiso que usted, querido cohermano, viviese en una lugar profundamente franciscano, desde el que emana tranquilidad, paz, fuerza, confianza, madurez, fe, dedicación y una fidelidad que me hancen tanto bien y me dan tanta fuerza a mí y a toda la Iglesia. Y me permito añadir: imncluso un sano y alegre sentido del humor".
"Que pueda seguir sientiendo la mano del Dios misericordioso. Que siga testimoniando el amor de Dios"
Francisco termina su discurso y Benedicto le hace un gesto de agradecimiento con las dos manos juntas. Después, baja del estrado y abraza de nuevo al Papa emérito.
A continuación, interviene el cardenal Müller, prefecto de Doctrina de la Fe. Tras su alocución, le entrega varios libros editados especialmente para la ocasión. Y Benedicto regala un ejemplar a Francisco.
Después del canto de una nueva antífona, interviene el cardenal Sodano.
Tras una nueva antífona, le acercan un micrófono a Benedicto y se lo bajan, para que hable sentado. Pero él se levanta e improvisa unas palabras de agradecimiento a los presentes.
Algunas frases de Benedicto
"Un hermano escribió una palabra en griego...que significa gracias"
"Gracias a todos. Gracia a usted Santo Padre, por su bondad. Me siento protegido"
"Esperemos que siga adelante con la vía de la misericordia divina"
"Gracias, eminencias, por sus palabras que me tocaron el corazón"
"Gracias al cardenal Müller por su labor"
"Cristo transformó en gracia y bendición la cruz y el sufrimiento"
"Que el mundo sea no de muerte, sino de vida. Un mundo donde el amor venza a la muerte"
"Que el Señor los bendiga a todos. Gracias, Santo Padre"
Y el acto concluyó con el besamanos de dos Papas a la vez. Cardenales, obispos y laicos de la Curia desfilaron ante Francisco y ante Benedicto. Primero a Francisco y, después, a Benedicto. Porque como recordó Bergoglio hace unos días, en la Iglesia no hay dos Papas, sino un Papa ereinante y otro emérito, "un abuelo sabio" que vela por su sucesor y sigue sirviendo a la Iglesia.
Francisco abraza de nuevo a Benedicto y se retira, poniendo punto final al acto de homenaje a su predecesor.

SEÑOR, GUÍAME CON TU JUSTICIA


Del Salmo 5: 

Señor, guíame con tu justicia

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. 

Señor, guíame con tu justicia

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. 

Señor, guíame con tu justicia

Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia. 

Señor, guíame con tu justicia

¡SÁLVANOS, SEÑOR!



Evangelio según San Mateo 8,23-27. 

Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. 

Acercándose a Él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".

Él les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.

Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?". 

Francisco: "La Iglesia debe pedir perdón a esta persona que es gay, a la que ha ofendido"


El Papa Francisco, tras concluir el 14º Viaje Apostólico internacional de su pontificado, en esta ocasión a Armenia, del 24 al 26 de junio, concedió como es costumbre, una rueda de prensa en el avión durante su viaje de regreso a Roma, en la que se trataron diversos temas de actualidad.
Al tomar la palabra, el Pontífice comenzó agradeciendo a los periodistas que han seguido sus pasos en tierra armenia. "Buenas tardes - dijo -. Les agradezco mucho la ayuda en este viaje por todo su trabajo que hace bien a la gente. Comunicar bien las cosas son buenas noticias y las buenas noticias hacen siempre bien. Muchas gracias, gracias".
La primera pregunta la formuló Artur Grygorian, de la Televisión Pública de Armenia, quien al recordar que el Papa Bergoglio tiene amigos armenios y ha tenido contacto con la comunidad armenia en Argentina, le preguntó si durante los tres días del viaje pudo "tocar", por decirlo de alguna manera, el espíritu armenio. ¿Cuál ha sido su sentir - le dijo - su impresión y cuál sería su mensaje y sus oraciones para nuestro futuro, el de los armenios?
Bueno, empezamos por el futuro y luego vamos al pasado. Yo deseo para este pueblo la justicia y la paz y rezo por esto porque es un pueblo valiente y rezo para que encuentre la justicia y la paz. Sé que muchos trabajan por esto y también me he sentido muy contento la semana pasada cuando he visto una fotografía del presidente Putin, con los dos presidentes armenio y azerbaiyano. Al menos hablan. Y también con Turquía: el Presidente de la República en su discurso de bienvenida ha hablado claro. Ha tenido el coraje de decir "pongámonos de acuerdo, perdonémonos y miremos al futuro". Esto es tener gran coraje. Un pueblo que ha sufrido mucho, ¿no?
El icono del pueblo armenio - y esto me ha venido a la mente mientras rezaba un poco hoy - es una vida de piedra y una ternura de madre. Ha portado cruces, pero cruces de piedra - se ven, ¡eh! -, pero no ha perdido la ternura, el arte, la música, aquellos cuartos tonos, tan difíciles de entender, y con gran genialidad... Un pueblo que ha sufrido mucho en su historia y sólo la fe, la fe lo ha mantenido de pie. Porque el hecho de que haya sido la primera nación cristiana, esto no es suficiente: ha sido la primera nación cristiana porque el Señor la ha bendecido, porque ha tenido santos, ha tenido obispos santos, mártires... Y por esto ha hecho en la resistencia esa piel de piedra - digámoslo así - pero no ha perdido la ternura de un corazón materno. Y Armenia también es madre. Ésta es la segunda pregunta. Y ahora vamos a la primera.
Sí, yo tenía muchos contactos con los armenios: asistía con frecuencia a sus Misas, tengo muchos amigos armenios. Una cosa que habitualmente no me gusta hacer para descansar, pero iba a cenar con ellos y ustedes hacen cenas pesadas..., ¡eh! Pero era muy amigo, muy amigo, tanto del Arzobispo Kissag Mouradian, de la Iglesia Apostólica Armenia, como de Boghossian, el católico. Pero entre ustedes más que la pertenencia o a la Iglesia Apostólica o la Iglesia Católica es la "armenidad" y esto yo lo entendí en aquellos tiempos. Hoy me saludó un argentino de familia armenia que cuando yo iba a las Misas el Arzobispo siempre lo hacía sentarse cerca de mí para que me explicara algunas ceremonias, algunas palabras que no entendía...
A continuación, Jeannine Paloulian de Nouvelles d'Armenie, hablando en francés agradeció al Santo Padre el encuentro de oración, durante el que pidió a la gente que sean artífices de reconciliación con Turquía y Azerbaiyán. Y le preguntó, teniendo en cuenta que dentro de algunas semanas estará en Azerbaiyán, ¿cuáles son los signos concretos - considerando hizo tantos en Armenia -, cuáles son los signos que ofrecerá en Azerbaiyán?
Hablaré a los azerbaiyanos de la verdad, de lo que he visto y de lo que escucho. Y también los alentaré. Me he encontrado con el presidente azerbaiyano y he hablado con él. Y diré también que no hacer la paz por un pedacito de tierra - porque no es gran cosa - significa algo oscuro, ¿no? Pero esto se lo digo a todos, a los armenios y los azerbaiyanos. Quizás no se ponen de acuerdo sobre las modalidades de hacer la paz y sobre esto se debe trabajar. Más que esto no sé qué decir. Diré lo que en el momento me vendrá al corazón, pero siempre en positivo, tratando de encontrar soluciones que sean viables, que vayan adelante.
Jean Luis De La Vassiere de la Agencia France Presse agradeció al Pontífice por su parte y por parte del semanario La Croix, y le preguntó: ¿Por qué ha decidido agregar abiertamente la palabra "genocidio" en su discurso en el palacio presidencial? En un tema doloroso como éste ¿cree que es útil para la paz, en esta región complicada?
Gracias. En Argentina cuando se hablaba del exterminio armenio, siempre se usaba la palabra genocidio. Yo no conocía otra. En la Catedral de Buenos Aires, en el tercer altar a la izquierda hemos puesto una cruz de piedra recordando el genocidio armenio, y ha venido el arzobispo, los dos arzobispos armenios, el católico y el apostólico cuando se ha estado inaugurada, también el arzobispo católico en la iglesia católica de San Bartolomé, ha hecho un altar en memoria de San Bartolomé.
Yo no conocía otra palabra. Yo vengo con esta palabra. Cuando llego a Roma escucho otra palabra: "El Gran Mal" o "la tragedia terrible", pero en armenio, que no sé decirla... y me dicen que aquella es ofensiva, aquella del genocidio, y que se debe decir ésta...
Yo siempre he hablado de tres genocidios del siglo pasado, siempre tres: el primero el armenio, luego el de Hitler y por último el de Stalin. Los tres.
Hay otro en África, pero, en la órbita de las dos grandes guerras están estos tres... He preguntado por qué pero algunos sienten que no es verdad, que no ha sido un genocidio. Un abogado me ha dicho esto que me ha interesado mucho: la palabra "genocidio" es una palabra técnica, es una palabra que tienen una tecnicidad que no es sinónimo de "exterminio".
Se puede decir exterminio pero decir genocidio comporta acciones de reparación... esto me ha dicho el abogado. El año pasado cuando preparaba el discurso he visto que San Juan Pablo II usaba las dos palabras: El Gran Mal y genocidio, y las he citado entre comillas, y no cayó bien, hubo una declaración del gobierno turco. Turquía en pocos días ha llamado a Ankara al embajador, que es un buen hombre, un embajador de lujo, que ha vuelto hace dos o tres meses, "un ayuno de embajador", pero es un derecho a la protesta y lo tenemos todos. ¿No?
En este discurso al inicio no estaba la palabra. Es cierto. Respondo por qué la he agregado. Luego de haber escuchado el tono del discurso del Presidente y también con mi pasado de esta palabra, y tras haber dicho esta palabra también el año pasado en San Pedro públicamente, habría sonado muy extraño no decir lo mismo al menos.
Pero allí yo quería subrayar otra cosa y creo, sino me equivoco, que he dicho: "En este genocidio como en los otros dos, las grandes potencias internacionales miraban a otra parte". Y esta ha sido la acusación.
En la Segunda Guerra Mundial algunas potencias tenían las fotografías de las ferrovías que llevaban a Auschwitz, tenían la posibilidad de bombardearlas y no lo han hecho.
Un ejemplo: en el contexto de la Primera Guerra estaba el problema de los armenios y en el contexto de la Segunda Guerra, donde estuvo el problema de Hitler y Stalin, después de Yalta y todo aquello de lo que nadie habla, se debe subrayar esto y hacer la pregunta histórica: ¿Por qué no han hecho esto? ustedes potencias. No acuso, es una pregunta. Es curioso, se miraba a la guerra pero no al pueblo.
No sé si es verdad pero me gustaría saber si es verdad que cuando Hitler perseguía tanto a los judíos una de las palabras que él habría dicho es: "Pero quién recuerda a los armenios, hagamos lo mismo con los judíos". No sé si es verdad, tal vez una cosa de esas que se dicen, pero he escuchado decir esto. Que los historiadores busquen y vean si es cierto. Pero esta palabra nunca fue dicha con ánimo ofensivo sino que ha sido algo dicho objetivamente.

Papa Francisco en el vuelo de regreso de Armenia

lunes, 27 de junio de 2016

Dame, Señor, un corazón (Oración)

Dame, Señor, un corazón que escuche,
un corazón capaz de escuchar
hasta lo más hondo de tu Palabra,
capaz de entender tu propio secreto.

Dame, Señor, un corazón capaz de escuchar
el sentido de la historia:
a tu Hijo, hecho historia y clavado en la cruz.

Dame, Señor, un corazón capaz de escuchar
ese momento de crucifixión,
de la entrega de su vida,
para entenderlo con mi propia vida.

Dame, Señor, un corazón capaz de escuchar
el rumor de los pobres
que sube hasta Ti clamando justicia.

Dame, Señor, un corazón capaz de escuchar
los anhelos y las esperanzas de los hombres de hoy,
para descubrir la presencia actual de tu Cruz
y la entrega que ahora me pides.

Dame, Señor, un corazón capaz de escuchar
la experiencia del hombre,
de cada hombre,
para ser así capaz de anunciarle tu Noticia Buena.

¡Dame, Señor, un corazón semejante al tuyo!.

Percival Cowley, SS.CC.

Dios en el monte Gurugú


«En el monte Gurugú rezaba todas las noches. Solo teníamos una oportunidad de llegar a Europa, y el único que te podía ayudar era Dios. Solo Dios. El único que podía contestar a mi deseo era Dios, porque un padre ayuda a todo lo que su hijo quiere»: así habla Ghislain, un camerunés de 30 años que lleva dos años en España y que gracias a la acogida de la Iglesia en Madrid acaba de recibir el Bautismo.
«A mí siempre me ha gustado la aventura, buscarme la vida», dice Ghislain; por eso intentó la aventura europea, y salió de su país en tren, autobús y a pie para atravesar las fronteras de Nigeria, Níger, Argelia y Marruecos. En el monte Gurugú, en Marruecos, estuvo un año y dos meses esperando el momento de saltar la valla de Melilla. Lo consiguió –lo recuerda bien– a las 5 de la mañana del 24 de mayo de 2014. Pasó tres meses en el CIE y después de pasar por un pueblo de Albacete recaló en Madrid hace algo más de un año. En la capital estudia español y realiza un curso de mantenimiento de edificios.
Ghislain creció con una tía materna, que «era católica pero nunca me llevó a bautizar». Y aunque de pequeño iba a la escuela de la misión de San Juan Bautista, nunca quiso seguir la catequesis: no le gustaba que «el sacerdote tratara de engatusarnos ofreciéndonos caramelos para ir a rezar…»
Acompañado por la capillanía africana
En Madrid consiguió una plaza en el albergue de San Juan de Dios, donde conoció a unos voluntarios de la Legión de María que le empezaron a hablar de Dios, «y como ahora tengo mucho tiempo libre he querido conocer más de la religión católica. Nunca he querido hacerlo antes porque a mí me gustaba mucho la aventura y el dinero y no quería perder el tiempo en catequesis. Pero dentro de mi cabeza siempre he tenido una inquietud por conocer más». Él sabía ya «algunas cosas, pero también he aprendido cosas que no conocía, como amar a los demás, porque siempre he vivido pensando solo en mí». Por eso, hoy, menos de dos semanas después de su bautismo, no deja de decir: «Estoy muy contento, estoy muy contento».
A Ghislain le ha acompañado en este proceso el responsable de la capellanía africana en Madrid, el padre congoleño Modesto Munimi, misionero del Verbo Divino, que explica que a los católicos africanos que llaman a su puerta les propone vivir su fe en sus parroquias respectivas, porque «el objetivo de la capellanía para aquellos católicos que vienen del continente africano es promover su integración en la vida diocesana, y que no se sientan aislados de la Iglesia local. Por eso solo tenemos una Eucaristía en común al mes. El resto de los domingos los invitamos a acudir a sus parroquias habituales».
Sentirse acogidos en las parroquias no es fácil, porque la forma de vivir la fe en España choca mucho con la suya. «El africano expresa su acción de gracias al Señor» con celebraciones muy festivas. «Esto es lo mejor que podemos ofrecer a la Iglesia local. Y también el venir a Misa como una familia, para celebrar juntos, aunque no nos conozcamos», afirma el padre Modesto. Por este motivo muchos acaban en las iglesias evangélicas, «ya que no terminan de sentirse a gusto en las parroquias de Madrid», aunque también hay motivos económicos o de amistad que favorecen este fenómeno.
Otro de los desafíos que plantea trabajar con estos inmigrantes es que, aunque todos ellos queden agrupados dentro de una sola capellanía, en realidad el continente africano abarca muchas culturas y muchas etnias y lenguas distintas; una dificultad que se suma a la elevada movilidad de los africanos en busca de trabajo, vivienda y una vida mejor que la que tenían en sus países.
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Fuente; Alfa y Omega