lunes, 18 de abril de 2016

El Papa consagra a 11 diáconos y les pide: ‘Sean misericordiosos, muy misericordiosos’

En una solemne ceremonia en el Vaticano que coincide con la 53° jornada mundial de oración por las vocaciones
 (ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El Papa Francisco presidió en este cuarto domingo de Pascua la santa misa en la basílica de San Pedro, en la que confirió la ordenación presbiterial a 11 diáconos.
En la solemne ceremonia en el Vaticano que coincide con la 53° jornada mundial de oración por las vocaciones, el Santo Padre vestía paramentos crema y dorado, color predominante de los concelebrantes, entres los cuales estaban el cardenal Agostino Vallini, vicario generale del Papa para la diocesi di Roma, y los superiores y los párrocos de los seminaristas ordenados.
El orden sagrado es uno de los siete sacramentos de la Iglesia, que se confiere en la ceremonia de consagración a quienes que han recibido un particular llamado de Dios para ser sacerdotes y que exige la dedicación plena y libre disposición.
La emotiva ceremonia de ordenación que incluyó diversos ritos como la postración, la imposición de las manos y la consagración de las manos, fue acompañada con la música polifónica y gregoriana del Coro Pontificio de la Capilla Sixtina.
De los 11 diáconos ordenados, 9 provienen de seminarios romanos: Pontificio Seminario Romano Mayor, Almo Colegio Capránica, Colegio Diocesano Redemptoris Mater, Seminario de Nuestra Señora del Divino Amor. Em cambio los dos restantes provienen de otros Colegios.
La homilía que el Santo Padre ha pronunciado, es en sustancia la ritual prevista en la edición italiana del Pontifical Romano para la ordenación de los presbíteros. En las partes en las que Francisco añadió o improvisó, invitó a los nuevos ordenados a “leer y meditar asiduamente la palabra del Señor para creer en lo que ha leído, enseñar lo que han aprendido de la fe, vivir lo que han enseñado”. Y añadió” Hagan memoria de vuestra historia, de aquel don de la palabra que el Señor les dio, a través de la mamá, de la abuela, de los catequistas, de toda la Iglesia”.
“Por favor –exhortó el Papa– pido en nombre de Cristo y de la Iglesia les pido de sean misericordiosos, muy misericordiosos”. Les subrayó también: “No se olviden de esto, elegidos. Es el Señor que les ha llamado uno a uno” y que han sido constituidos “a favor de ellos, no a favor de uno mismo”. La homilía concluyó invitando a tener  siempre delante de los ojos el ejemplo del Buen Pastor, “que no ha venido para ser servido, sino para servir, no para quedarse en sus comodidades sino para salir y buscar salvar lo que estaba perdido”.
Después de la consagración de los nuevos presbíteros el Santo Padre visiblemente emocionado les saludó uno a uno.
Concluida la santa misa, la ceremonia concluyó con el canto del Regina Coeli.

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