jueves, 24 de marzo de 2016

Francisco pide convertir el corazón de los "cegados por el fundamentalismo cruel"


Insta a "unánime condena de estos crueles hechos que sólo causan muerte, terror y horror"
El papa Francisco pidió hoy rezar para "convertir los corazones de estas personas cegadas por el fundamentalismo cruel" al recordar los últimos atentados y en particular los de ayer en Bruselas.
Durante los saludos en varios idiomas tras la audiencia general, Francisco explicó que ha seguido con "el corazón dolido" las tristes noticias sobre los atentados en Bruselas y expresó su cercanía y oración a toda la población belga y a los familiares de las víctimas y a los heridos.
Después realizó un llamamiento "a todas las personas de buena voluntad" para que se unan "a la unánime condena de estos crueles hechos abominables que sólo causan muerte, terror y horror".
Francisco instó a "perseverar" en la oración y pedir que "el Señor en esta Semana Santa conforte los corazones afligidos y convierta los corazones de estas personas cegadas por el fundamentalismo cruel".
El Vaticano difundió ayer el telegrama de pésame enviado por Francisco tras los atentados en Bruselas que causaron al menos 31 muertos y en los que se condenaba "la violencia ciega que causa tanto sufrimiento".
"Tres días intensos que nos hablan de la misericordia de Dios, pues hacen visible hasta dónde puede llegar su amor por nosotros", así describió el Papa Francisco el Triduo Pascual que celebraremos en este Año de la Misericordia.
Durante su catequesis semanal en la plaza de San Pedro ante miles de peregrinos, el Obispo de Roma animó a que en estos días santos "acojamos en nuestro corazón lagrandeza del amor divino en el misterio de la Muerte y Resurrección del Señor".
Además, el Papa recordó las palabras del Evangelio de Juan que son "la clave para comprender el sentido profundo" de estos días: «Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo» y añadió que el Triduo Pascual "es el memorial de un drama de amor que nos da la certeza de que nunca seremos abandonados en las pruebas de la vida".
Posteriormente, el Pontífice explicó que el Jueves Santo, con la institución de la Eucaristía y el lavatorio de los pies "Jesús nos enseña que la Eucaristía es el amor que se hace servicio" y el Viernes Santo es un "momento culminante del amor, un amor que quiere abrazar a todos sin excluir a nadie con una entrega absoluta".

Por último, el Papa destacó que el Sábado Santo "es el día del silencio de Dios" que es un "gran misterio de amor y de misericordia" y que "nuestras palabras son pobres e insuficientes para expresarlo con plenitud" ya que Jesús "comparte con toda la humanidad el drama de la muerte, no dejando ningún espacio donde no llegue la misericordia infinita de Dios" y agregó que "en este día, el amor no duda, sino que espera confiado en la palabra del Señor hasta que Cristo resucite esplendente el día de la pascua".

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