Cuándo tiene sentido la cruz
Preguntas de Semana Santa
En plena Semana Santa me vuelvo a preguntar qué sentido tiene la cruz en nuestra vida.
Cuándo no tiene sentido la cruz
• No le veo sentido a la cruz por la cruz.
Hay personas que han sacralizado el sufrimiento en sí mismo, como si pasarlo
mal fuera per se algo positivo. Eso no es una virtud, es una enfermedad.
• No tiene sentido la cruz como autoflagelación mental. Es decir, dejar a la mente
que te pase películas negativas. Es otro morbo perjudicial en que se recrea mi
peor yo, mi personaje más falso. A ese no hay que hacerle ni caso.
• Carece de sentido autoculparse para sufrir más.
Procede de no perdonarse a uno mismo por lo que hice en el pasado. Dios te ha
perdonado y tú no te perdonas. Se trata de un penitencia buscada para hacerme
daño, que lejos de liberarme, me hunde más.
• Es una cruz falsa la que me
impongo porque otro está sufriendo. Por ejemplo, mi madre, mi amigo,
un ser querido está sufriendo y yo me siento culpable si no lo paso igual de
mal que él. No caigo en la cuenta de que es al revés: tengo que estar bien para
poder ayudarle; tengo que salir del pozo para poder sacarle.
Cuándo tiene sentido la cruz
• La cruz tiene sentido cuando es una consecuencia de opción auténtica de vida o de una
verdad asumida. Por ejemplo, si sufro por llevar adelante una causa justa, por
defender a seres humanos, por evitar un mal o denunciar una injusticia. Jesús
no muere en la cruz para buscar el sufrimiento, sino por ser consecuente hasta
el final con su mensaje: el amor incondicional de Dios.
• La cruz salva cuando es cruz por los demás.
Si me sacrifico por estar al lado del que sufre, por sacarle de su sufrimiento,
aunque sea solo por consolarle y acompañarle. Pero nunca es sufrimiento
buscado, sino un dolor o privación que brota del amor.
• La cruz se ilumina cuando requiere el
abrazo de una situación inevitable. Si la enfermedad no tiene cura,
si la muerte del ser querido me lo arrebata, si una catástrofe natural o una
guerra imparable nos zahiere, crezco cuando abrazo esa cruz y la supero
espiritualmente.
• La cruz libera cuando no acaba en cruz,
sino en resurrección. Mientras la llevamos es liviana, si cuenta con
un horizonte de esperanza. "Venid a mí todos los que estáis fatigados y
sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera"(Mt 11, 28-30).
• La cruz glorifica cuando no me empeño en
llevarla a solas, sino cuando camino por la vía de la amargura al lado de
Jesús. Porque el yugo solo puede soportarse entre dos. Porque
con Jesús la muerte es Vida y el caminar por la fugacidad del tiempo un
encuentro con una luz que tiene vocación de eternidad.
(Pedro Miguel Lamet).
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