Jugosísima entrevista del Papa a bordo del avión de
regreso a Roma. Caso Maciel y pederastia, licitud del uso de anticonceptivos en
casos extremos como la amenaza de contagio por el virus zika, malestar en los
católicos ucranianos por la declaración conjunta firmada con el patriarca de
Moscú…
No había hablado abiertamente del
caso Maciel durante su viaje a México, pero lo hizo, y de qué forma, en la
rueda de prensa en el avión de regreso.
«Un obispo
que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un
inconsciente, y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia. ¿Clarito?»,
advirtió el Papa.
Francisco
aprovechó entonces para «rendir un homenaje al hombre que luchó en momentos que
no tenía fuerza para imponerse hasta que logró imponer… Ratzinger, el cardenal
Ratzinger, sí, un aplauso para él».
Como
Prefecto de la Doctrina de la Fe, «hizo las investigaciones y llegó y llegó y
llegó… Y no pudo ir más allá en la ejecución. Pero, si ustedes se acuerdan,
diez días antes de morir san Juan Pablo II, aquel Vía Crucis del Viernes Santo
le dijo a toda la Iglesia que había que limpiar las porquerías de la Iglesia. Y
en la misa Pro eligendo Pontifice, pese a
que él sabía que era candidato, no es tonto, no le importó maquillar su
postura, dijo exactamente lo mismo. O sea, fue el valiente que ayudó a tantos a
abrir esta puerta. Así que lo quiero recordar, porque a veces nos olvidamos de
estos trabajos escondidos que fueron los que prepararon los cimientos para
destapar la olla».
El Papa
detalla a continuación los trabajos que se están realizando en el Vaticano para
combatir y prevenir la pederastia, y cómo, por ejemplo, ha nombrado a un tercer
secretario adjunto en la Doctrina de la Fe «para que se encargue solamente de
estos casos, porque la Congregación no se da abasto con todos los que tiene». Y
habla del trabajo en la Comisión para la tutela de menores. «O sea, que se va
trabajando. Pero yo doy gracias a Dios que se haya destapado esta olla y hay
que seguir destapándola. Y tomar conciencia. Y lo último que quiero decir es
que esto es una monstruosidad porque un sacerdote está consagrado para llevar a
un niño a Dios y ahí se lo come en un sacrificio diabólico. Lo destruye».
«Y lo de
Maciel… Bueno, lo de Maciel… Volviendo a la congregación, tuvo una
intervención, y hoy día el gobierno de la congregación está semi-intervenido. O
sea, el superior general, que es elegido por el consejo, por el capítulo
general, pero el vicario lo elige el Papa. Dos consejeros generales los elige
el consejo, el capítulo general, y los otros dos los elige el Papa. De tal
manera que así vamos ayudando a revisar cuentas antiguas».
Uso de
anticonceptivos en casos extremos
La
corresponsal de Cope, Paloma García Ovejero, le pregunta a Francisco por la
angustia de las mujeres embarazadas en países latinoamericanos con el virus
zika. «Algunas autoridades han propuesto el aborto o evitar el embarazo. En
este caso, ¿la Iglesia puede tomar en consideración el concepto de mal menor?»,
pregunta la corresponsal.
«El aborto
no es un mal menor: es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es
lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto», responde el Papa.
Francisco sí
deja abierto que se considere mal menor «lo de evitar el embarazo». «Hablamos
en términos de conflicto entre el Quinto y el Sexto mandamiento. Pablo VI, el
grande, en una situación difícil en África permitió a las monjas usar
anticonceptivos para casos en los que fueron violentadas. No confundir el mal
de evitar el embarazo, por sí solo, con el aborto». «Es un mal en sí mismo».
«En cambio, evitar el embarazo no es un mal absoluto. En ciertos casos, como en
este, como en el que he nombrado de Pablo VI, era claro. También yo exhortaría a
los médicos a que hagan de todo para encontrar también las vacunas contra estos
dos mosquitos que contagian esta enfermedad. Sobre esto se debe trabajar».
El enfado de
los ucranianos
En cuanto al
Sínodo panortodoxo de junio en Creta, el Papa confiesa que les gustaría ir,
«pero hay que respetar el Sínodo. Habrá observadores católicos y detrás de su
trabajo estaré yo, rezando con los mejores deseos para que los ortodoxos puedan
salir adelante. Sus obispos son obispos como nosotros. Con Kirill, mi hermano,
nos abrazamos y besamos, y luego tuvimos un coloquio de dos horas, en el que
hablamos como hermanos, sinceramente: nadie sabe de qué hablamos».
Francisco
habla a continuación del malestar entre los católicos ucranianos expresados por
el arzobispo de Kiev, Sviatoslav Schevchuk, a quien conoce bien de sus tiempos
en Buenos Aires. «Lo respeto, nos hablamos de tú; me pareció un poco extraña su
declaración», aunque «él se declara hijo de la Iglesia, en comunión con el
obispo de Roma». «Sobre la parte dogmática, ninguna dificultad: es doctrina
católica. Y luego cada quien tiene el derecho de expresar sus opiniones, son
sus ideas personales. Todo lo que dijo fue sobre el documento, no sobre el
encuentro con Kirill. El documento es discutible, y también hay que añadir que
Ucrania está en un momento de guerra, de sufrimiento: muchas veces he
manifestado mi cercanía al pueblo ucraniano. Se comprende que un pueblo en esa
situación sienta esto, el documento es opinable sobre esta cuestión de Ucrania,
pero en esa parte de la declaración se pide detener esta guerra, que se llegue
a acuerdos».
«¿El
Patriarca le invitó a Moscú?», le preguntan entonces a Francisco. «Prefiero
detenerme solo en lo que dijimos en público. El coloquio privado es privado,
pero puedo decir que salí feliz, y también él».
Fuente: Alfa y Omega
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