Omella felicita al nuevo presidente de la Generalitat y asegura que
"la Iglesia no entra a juzgar los procesos políticos"
El nuevo arzobispo de Barcelona, dispuesto a "ayudar a la sociedad y
también a los políticos"
El nuevo arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha asegurado este domingo que está
"contento" de que se haya encontrado una solución para la investidura
del inminente presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y
ha explicado que orará para que la sociedad de Cataluña pueda avanzar.
En unas declaraciones al canal 24 horas de TV3, Omella
ha asegurado: "Rezaré para que todo esto pueda ir bien y la
sociedad de Cataluña pueda avanzar en comunión, derechos humanos y respeto a
los mas pobres".
"Los políticos tienen su reflexión y su
trabajo", ha dicho el arzobispo, que ha añadido que es él "un pastor
de la iglesia" y su trabajo es "ayudar a la sociedad y también
a los políticos".
Al ser preguntado sobre si, como arzobispo, legitimaba
la hoja de ruta independentista, ha contestado que "la iglesia no entra a hacer un juicio político",
aunque lo respeta, y les anima a que sigan.
Ha remarcado: "Rezaré
para que todo vaya bien por el bien de Cataluña y de la gente que trabaja y
vive en esta tierra que encuentro fantástica", y donde ha afirmado que ya
se empieza a sentir un poco catalán entre los catalanes.
Omella ha asegurado que respeta la hoja de ruta de
Cataluña, pero ha afirmado que "la Iglesia no entra a
juzgar" los procesos políticos, y ha deseado que la sociedad de
Cataluña pueda avanzar en comunión, en derechos humanos y en respeto de los más
pobres, entre otros.
Por otra parte, ha
considerado que entre los dirigentes políticos la prioridad debería ser un
pacto social para hacer el "bien común", y así las cosas irían mejor,
ha dicho.
Omella, que también es presidente de la Comisión
Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, ha dicho que cuando unos quieren imponer su proyecto social deben pensar que
"hay otros que quieren otra cosa".
"Somos todos un poco
dictadores", ha valorado Omella, que ha alertado de que
todos los políticos hablan de pacto pero no dan el brazo a torcer al querer
imponer sus posiciones, y en cambio, según él, deberían ceder más.
Para sus tareas como
arzobispo ha dicho que procurará mantener "la boca cerrada y las manos
abiertas" para ayudar y andar junto a la gente.
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