El don del Bautismo, común a todos los cristianos, y su significado. “Queridos hermanos y hermanas: el texto
de la primera carta de san Pedro que hemos escuchado, centra la reflexión de la
Semana de Oración para la Unidad de los Cristianos. En él, el Apóstol se dirige
a la primera generación de fieles para que tomen conciencia del don que han
recibido por el bautismo. Del mismo modo, todos nosotros, durante esta Semana
de Oración, estamos llamados a redescubrir nuestro bautismo, y a hacerlo juntos
todos los cristianos, católicos, protestantes y ortodoxos, dejando atrás lo que
nos divide”.
“Compartir el Bautismo significa que todos somos pecadores y que
necesitamos la salvación que Dios nos ofrece, todos experimentamos la misma
llamada a salir de las tinieblas e ir al encuentro de Dios lleno de
misericordia”.
Somos realmente pueblo santo de Dios, aunque si a causa de nuestros
pecados, aún no estamos plenamente unidos. Todos hacemos experiencia del egoísmo,
que genera división, cerrazón y desprecio, observó el Papa en su catequesis
impartida en italiano, de ahí que redescubrir el Bautismo signifique
“reencontrar la fuente de la misericordia y de esperanza para todos”
porque – recalcó - “nadie está excluido de la misericordia
de Dios”.
“Precisamente en el bautismo, nos sumergimos en la fuente de la
misericordia y de la esperanza, de la que nadie está excluido, esta experiencia
de gracia crea un vínculo indisoluble entre los bautizados, de modo que nos
consideremos realmente hermanos y miembros de un solo pueblo de Dios, capaz de
anunciar las maravillas que él ha obrado a partir del testimonio sencillo y
fraterno de la unidad, así como del compromiso mutuo de poner en práctica las
obras de misericordia corporales y espirituales, realizando nuestra común
misión de transmitir a los otros la misericordia que hemos recibido, empezando
por los pobres y abandonados”.
La misericordia de Dios es más fuerte que nuestras divisiones. En la medida en que recibimos la gracia
de la misericordia, dijo Francisco, “nos convertimos siempre más plenamente en
pueblo de Dios”. “Los cristianos podemos anunciar a todos la
fuerza del Evangelio, comprometiéndonos a compartir las obras de misericordia
corporales y espirituales, que son un testimonio concreto de unidad”.
“En esta Semana de Oración -concluyó el pontífice - pidamos que todos
los discípulos de Cristo encontremos el modo de colaborar juntos para llevar la
misericordia del Padre a cada rincón de la tierra. Que Dios los bendiga”.
(GM - RV)
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