"Una imagen que hiere a todos
los creyentes de las diferentes religiones: es una caricatura que no
ayuda, en un momento en el que necesitamos encontrarnos flanco a flanco".
Así define L'Osservatore
Romano la polémica portada del semanario Charlie Hebdo, que en
su último número ofrece una viñeta de Dios armado con un kalashnikov y la
leyenda "Un año después, el asesino sigue corriendo".
En un editorial, titulado "La fe manipulada", el periodico vaticano afirma:
«El episodio no es una novedad, porque detrás de la bandera engañosa de un ‘laicismo sin compromisos', el semanal francés olvida
una vez más cuánto los líderes religiosos de cualquier pertenencia están
repitiendo desde hace tiempo para rechazar la violencia en nombre de la
religión: usar a Dios para justificar el odio es una
auténtica ‘blasfemia', como ha insistido en varias ocasiones Papa
Francisco».
Según el periódico de la Santa Sede, se trata de una
«imagen que hiere a todos los creyentes de las diferentes religiones: es una
caricatura que no ayuda, en un momento en el que necesitamos encontrarnos
flanco a flanco», como dijo «Anouar Kbibech, presidente del Conseil français du
culte musulman, para condenar la penosa portada de ‘Charlie Hebdo', publicada a
un año de la masacre y que representa, según una
iconografía claramente cristiana, a Dios como un terrorista que corre, manchado
de sangre y con un kaláshnikoyv al hombro. Palabras en sintonía con
el comentario del episcopado francés que se pregunta si este es «el tipo de
polémicas que Francia necesita'».
Antes también había hablado al respecto el teólogo y
Secretario general del Sínodo de los obispos, mons. Bruno Forte, con la AdnKronos, y dijo que la decisión
del semanal francés era «un episodio muy doloroso, además
de infundado». Explicó además: «el potencial de violencia puede, si
acaso, ser cancelado por una auténtica experiencia religiosa, ciertamente no
animado ni favorecido. Si esto sucede, entonces estamos frente a una
falsificación de la experiencia religiosa. Como ha afirmado Papa Francisco, matar en nombre de Dios va en contra de Dios».
Y, a propósito del retrato de Dios en «Charlie Hebdo»,
observó el teólogo: «Ofende a la sensibilidad de cada persona, no solo de los
creyentes cristianos, judíos o musulmanes, sino también de quienes, a pesar de
no creer, advierten cuán importante es el respeto de la consciencia y de la
dimensión religiosa de la vida. He aquí -añadió- por qué el juicio no puede más que ser extremadamente negativo».
Sobre todo, prosiguió Forte, está muy alejado «de la
verdad, porque todas las religiones, no solo la cristiana,
sino también la hebraica y la musulmana, predican la no violencia en nombre de
Dios. Si acaso, es violento asumir una postura ideológica, la
pretensión de tener la verdad en la mano, de juzgar y de excluir a los demás.
Las religiones se confrontan con el misterio de Dios y, por lo tanto, tienen un
antídoto muy fuerte en contra de esta pretensión: la supremacía del Señor, cuya
voluntad todos debemos obedecer».
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