Sal 70, 3-4a. 5-6ab. 16-17
Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria.
Sé
tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa.
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa.
Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante
tu gloria.
Porque
tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.
Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante
tu gloria
Contaré
tus proezas, Señor mío,
narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.
narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.
Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante
tu gloria.
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