Aclamado por el pueblo: "Papa Francisco estamos contigo"
En su oración, Francisco recordó a "aquellos que sienten más duro el
camino" de la vida
Tras la
apertura de la puerta santa por la mañana, el Papa se fue por
la tarde a rendir homenaje a la Inmaculada ante la embajada de España ante la
Santa Sede. En ena ceremonia sencilla, pero llena de ternura y encanto, sobre
todo cuando Francisco besa, abraza y acaricia a decenas de enfermos que esperan
su bendición.
En su oración, Francisco recordó a
"aquellos que sienten más duro el camino" de la vida como
los enfermos, los presos y quienes "llegan de tierras lejanas en busca de
paz y trabajo".
"Vengo en nombre de las familias, con sus
alegrías y penas; de los niños y jóvenes,
abiertos a la vida; de los ancianos, llenos de experiencia", dijo el
pontífice a los pies de la estatua de la Inmaculada Concepción, en la plaza de
España de Roma.
Francisco dijo representar en modo particular a "los enfermos y a los encarcelados, a quienes
sienten más duro el camino".
"Como pastor vengo también en nombre de aquellos que han llegado desde tierras lejanas en
busca de paz y de trabajo", proclamó.
"Bajo tu manto hay lugar para todos porque eres
la madre de la Misericordia. Tu
corazón está lleno de ternura hacia todos tus hijos: la ternura de Dios, que
contigo se hizo carne y se convirtió en nuestro hermano, Jesús, salvador de
cada hombre y mujer", dijo.
El pontífice llegó a la plaza de España de Roma a las
15.48 hora local (14.48 GMT) y allí le esperaban miles de fieles, romanos y
turistas que le recibieron al grito de "Viva el papa" y
que también corearon su nombre al final de la celebración, cuando el pontífice
argentino se acercó a saludarles.
Jorge Bergoglio pronunció la oración a los pies de la
escultura de la Virgen, dondedepositó una franja de flores
blancas y amarillas, los colores de la bandera vaticana.
La tradición papal de la ofrenda de flores se remonta
a 1857, tres años después de la
definición dogmática de la Concepción Inmaculada de la Virgen María.
Por voluntad de Pío IX se
erigió este monumento en la romana Plaza de España y fue él quien lo bendijo el
8 de septiembre de 1857 desde el balcón central de la embajada española ante la
Santa Sede.
Después de la oración,
Francisco permaneció varios minutos en silencio y en meditación frente a la
escultura, mientras se escuchaban las letanías a la Virgen.
Al acto acudieron diversas autoridades políticas como
el comisario de Roma, Franco Paolo Tronca, y una comitiva de la Embajada de
España ante la Santa Sede encabezada por el embajador Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga.
Una larga letanía, mientras el
Papa, de pié, reza con la cabeza baja. Los balcones de la embajada española
están repletos de gente, al igual que en las aceras de la Plaza de España y
aledaños.
Tras las letanías, el Papa imparte su bendición y el
coro entona el 'Tota pulchra est Maria'.
Y, a continuación, el saludo a las autoridades, entre
ellas, el cardenal Filoni,vecino de la Plaza de España, y el embajador español ante la Santa Sede.
Terminada la ceremonia oficial, el Papa se detiene a besar y saludar a los enfermos. Decenas de
enfermos que se han reunido allí con sus cuidadores. La gente le aclama, le
llama, llora a su paso.
Tras la larga fila de enfermos, saluda a la gente,
pero tadavía hay más. Y sigue saludando, a cada uno, con delicadeza, con
misericordia. Mientras la gente grita su nombre como un
talismán. Y la cola es interminable. El Ppaa lleva una hora
saludaando y bendiciendo a los enfermos, sus preferidos.
Y el Papa no se cansa. Está con los suyos. No tiene
prisa.Y la gente le devuelve su ternura: 'Viva el Papa' y 'Francesco,
Francesco'. Y el Papa se deja
querer, besar y acariciar. "Viva el Papa. Estamos siempre contigo",
le dice la gente.
Y Francisco se introduce en
su pequeño Fiat azul oscuro y se dirige a Santa María la Mayor.
José Manuel Vidal
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