Del Salmo 27:
¡Señor, yo te invoco, apiádate de mí y respóndeme!
Mi corazón sabe que dijiste:
«Busquen mi Rostro».
Yo busco tu Rostro, Señor,
no lo apartes de mí.
¡Señor, yo te invoco, apiádate de mí y
respóndeme!
No alejes con ira a tu servidor,
Tú, que eres mi ayuda;
no me dejes ni me abandones,
mi Dios y mi salvador.
¡Señor, yo te invoco, apiádate de mí y
respóndeme!
Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
el Señor me recibirá.
Indícame, Señor, tu camino
y guíame por un sendero llano.
¡Señor, yo te invoco, apiádate de mí y
respóndeme!
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor.
¡Señor, yo te invoco, apiádate de mí y
respóndeme!
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