Queridos
amigos, mañana, a las 7.45 (hora de Roma) el Papa Francisco partirá para su
viaje apostólico a Kenia, Uganda y la República Centroafricana. Con este
motivo, el Papa invió estos mensajes a los pueblos que visitará:
«Queridos amigos,
Mientras me preparo para visitar Kenia y Uganda a fines de este mes, envío a ustedes y sus familias una palabra de saludo y de amistad. Espero el momento en el cual estaremos juntos.
Yo voy como un ministro del Evangelio, para proclamar el amor de Jesucristo y su mensaje de reconciliación, perdón y paz. Mi visita tiene como finalidad confirmar la comunidad católica en la fe a Dios y en su testimonio al Evangelio, que es signo de la dignidad de todo hombre y mujer y nos manda abrir nuestros corazones a los demás, especialmente a los pobres y a aquellos que se encuentran en la necesidad.
Al mismo tiempo, deseo encontrar a toda la gente de Kenia y Uganda y ofrecer a cada uno una palabra de aliento. Estamos viviendo un tiempo en el cual donde quiera que los fieles de toda religión y las personas de buena voluntad son llamadas a promover la comprensión y el respeto recíproco, y a sostenerse los unos a los otros como miembros de la misma familia humana.
Un momento especial de mi visita estará representado por el encuentro con los jóvenes, que son el principal recurso y nuestra más grande esperanza para el futuro de solidaridad, paz y progreso.
Sé que muchas personas trabajan duro para prepararse a mi visita y yo les agradezco. Pido a todos que recen para que mi estancia en Kenia y Uganda sea fuente de esperanza y de aliento. ¡Invoco sobre ustedes y sus familias la bendición del Señor para que traiga la alegría y la paz!»
- Mensaje del Papa Francisco a Centroáfrica:
«Queridos hermanos y hermanas de la República Centroafricana,
A pocos días del viaje que me llevará entre ustedes, deseo hacerles saber la alegría que me llena, y saludar desde ahora a cada uno de ustedes con el más grande afecto, indiferentemente de la etnia o del credo religioso. Es la primera vez en mi vida que visito el Continente africano, tan bello y rico por su naturaleza, pueblos y culturas; y espero realizar bellos descubrimientos y encuentros enriquecedores.
Su querido país está atravesando desde hace tanto tiempo una situación de violencia y de inseguridad de las cuales muchos entre ustedes son víctimas inocentes. El motivo de mi visita es sobre todo llevarles, en nombre de Jesús, el consuelo de la esperanza. Espero con todo el corazón que mi vista pueda contribuir, de un modo u otro, a sanar sus heridas y a favorecer las condiciones para un futuro más sereno para Centroáfrica y todos sus habitantes.
El tema de este viaje es: "Pasemos a la otra orilla del lago". Es un tema que invita a sus comunidades cristianas a mirar adelante con determinación, y anima a todos a renovar la propia relación con Dios y con los hermanos para construir un mundo más justo y más fraterno.
Yo tendré la alegría de abrir para ustedes – con un poco de anticipación – el Año Jubilar de la Misericordia, que espero sea para cada uno una ocasión providencial de auténtico perdón, ocasión para recibir y donar, y de renovación en el amor.
Es en calidad de mensajero de paz que voy entre ustedes. Quisiera ayudar en el diálogo interreligioso para animar la pacífica convivencia en su país: sé que esto es posible, porque somos todos hermanos.
Les pido que recen por mí. Invoco la protección de la Virgen María y les digo: ¡hasta pronto!».
«Queridos amigos,
Mientras me preparo para visitar Kenia y Uganda a fines de este mes, envío a ustedes y sus familias una palabra de saludo y de amistad. Espero el momento en el cual estaremos juntos.
Yo voy como un ministro del Evangelio, para proclamar el amor de Jesucristo y su mensaje de reconciliación, perdón y paz. Mi visita tiene como finalidad confirmar la comunidad católica en la fe a Dios y en su testimonio al Evangelio, que es signo de la dignidad de todo hombre y mujer y nos manda abrir nuestros corazones a los demás, especialmente a los pobres y a aquellos que se encuentran en la necesidad.
Al mismo tiempo, deseo encontrar a toda la gente de Kenia y Uganda y ofrecer a cada uno una palabra de aliento. Estamos viviendo un tiempo en el cual donde quiera que los fieles de toda religión y las personas de buena voluntad son llamadas a promover la comprensión y el respeto recíproco, y a sostenerse los unos a los otros como miembros de la misma familia humana.
Un momento especial de mi visita estará representado por el encuentro con los jóvenes, que son el principal recurso y nuestra más grande esperanza para el futuro de solidaridad, paz y progreso.
Sé que muchas personas trabajan duro para prepararse a mi visita y yo les agradezco. Pido a todos que recen para que mi estancia en Kenia y Uganda sea fuente de esperanza y de aliento. ¡Invoco sobre ustedes y sus familias la bendición del Señor para que traiga la alegría y la paz!»
- Mensaje del Papa Francisco a Centroáfrica:
«Queridos hermanos y hermanas de la República Centroafricana,
A pocos días del viaje que me llevará entre ustedes, deseo hacerles saber la alegría que me llena, y saludar desde ahora a cada uno de ustedes con el más grande afecto, indiferentemente de la etnia o del credo religioso. Es la primera vez en mi vida que visito el Continente africano, tan bello y rico por su naturaleza, pueblos y culturas; y espero realizar bellos descubrimientos y encuentros enriquecedores.
Su querido país está atravesando desde hace tanto tiempo una situación de violencia y de inseguridad de las cuales muchos entre ustedes son víctimas inocentes. El motivo de mi visita es sobre todo llevarles, en nombre de Jesús, el consuelo de la esperanza. Espero con todo el corazón que mi vista pueda contribuir, de un modo u otro, a sanar sus heridas y a favorecer las condiciones para un futuro más sereno para Centroáfrica y todos sus habitantes.
El tema de este viaje es: "Pasemos a la otra orilla del lago". Es un tema que invita a sus comunidades cristianas a mirar adelante con determinación, y anima a todos a renovar la propia relación con Dios y con los hermanos para construir un mundo más justo y más fraterno.
Yo tendré la alegría de abrir para ustedes – con un poco de anticipación – el Año Jubilar de la Misericordia, que espero sea para cada uno una ocasión providencial de auténtico perdón, ocasión para recibir y donar, y de renovación en el amor.
Es en calidad de mensajero de paz que voy entre ustedes. Quisiera ayudar en el diálogo interreligioso para animar la pacífica convivencia en su país: sé que esto es posible, porque somos todos hermanos.
Les pido que recen por mí. Invoco la protección de la Virgen María y les digo: ¡hasta pronto!».
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