domingo, 29 de noviembre de 2015

A ti, Señor, levanto mi alma.


Salmo responsorial Sal 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14

A ti, Señor, levanto mi alma.
Señor, enséñame tus caminos, 
instrúyeme en tus sendas: 
haz que camine con lealtad; 
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
A ti, Señor, levanto mi alma.
El Señor es bueno y es recto, 
y enseña el camino a los pecadores; 
hace caminar a los humildes con rectitud, 
enseña su camino a los humildes.
A ti, Señor, levanto mi alma.
Las sendas del Señor son misericordia 
y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. 
El Señor se confía con sus fieles 
y les da a conocer su alianza.
A ti, Señor, levanto mi alma.


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