El presidente y el secretario general de
la Conferencia Episcopal Griega, Franghiskos Papamanolis y Nikolaos Printezis,
respectivamente, han enviado una carta a la Comisión Europea, el
Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI),
en la que les piden que estén a la altura ante la crisis griega y muestren
"responsabilidad" y "solidaridad" a su pueblo, que en su
mayoría siente que pertenece a la UE.
"Esperamos que los líderes de Europa
y la zona Euro permanezcan unidos y, sin violar el
espíritu de las leyes de las instituciones que representan, en cooperación con
el FMI, estén a la altura para que los ciudadanos de este estado miembro, débil
en términos financieros, sean comprendidos ya que la inmensa mayoría de los
griegos piensan que pertenecen a la UE y que su moneda es el euro",
subrayan en la misiva.
Concretamente, piden a las instituciones
de la UE y al FMI que continúen mostrando "comprensión" y lleven a
cabo "acciones concretas" para estar más cerca de estas personas que "tanto han contribuido a Europa pero
ahora están viviendo bajo condiciones que no honran a Grecia ni a la UE".
También les reclaman
"responsabilidad" y "verdadera solidaridad" con "toda
su buena voluntad", dos pilares de la democracia, según
recuerdan, "en los que se sostienen el presente y el futuro de la
UE".
En cualquier caso, admiten que no es su
trabajo atribuir responsabilidades por estas circunstancias, pero recuerdan que
como Iglesia tienen el deber de estar con la gente que en este momento vive
bajo condiciones "indecentes y adversas". No obstante, reconocen que
fracasan en el intento porque "la Iglesia tampoco está exenta
de la crisis financiera".
De esta forma, se suman a la llamada que
hizo el Papa Francisco el pasado 1 de julio cuando mostró su cercanía al pueblo
griego, especialmente a las familias golpeadas por la crisis y advirtió de que la dignidad humana debe estar en el centro de todo debate político
o técnico y en la toma de decisiones.
También se unen así a la voz de los obispos católicos de Francia que el pasado 7
de julio señalaron que "cada país ha de llevar a cabo una gestión rigurosa
y responsable que también sea justa con sus ciudadanos" y añadieron que
los políticos de la UE deben asegurarse de que sus estados miembros se apoyan
mutuamente.
(RD/EP) Fuente: Religión Digital
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