Este domingo 12 de julio tenía lugar en el Santuario de Fátima un acto en recuerdo de los cristianos perseguidos en Siria. Un grupo de monjas del monasterio cristiano de Qara, en Siria, presentaba una ofrenda en representación de los perseguidos por su fe. Las religiosas entregaron al obispo de Leiría-Fátima, como regalo a la Virgen, tres balas y una tela – un pañuelo para la cabeza-, traídos de la localidad siria de Maalula, símbolos materiales del triple martirio que tuvo lugar allí el 4 de septiembre de 2013.
Por la tarde, en la Capilla de las Apariciones, el obispo, Mons. António Marto, leyó el testimonio del martirio, firmado por tres de las religiosas tras el relato de la familia de las víctimas, según informa la agencia portuguesa Ecclesia.
Los jóvenes cristianos Sarkis Zaknem, de 19 años, y Antoun Taalab, de 28, primos, y el tío de ambos, Mikhail Taalab, fueron ejecutados a sangre fría en Maalula, a cuarenta kilómetros de Damasco, por no renuncia a su fe. El joven Sarkis, a las intimidaciones para que abjurara de su fe, respondió: “Yo soy cristiano y si quieres matarme porque soy cristiano, hazlo”. Se salvó la hermana de Antoun, Antoinete, que presenció escondida el asesinato de sus familiares.
Tras la lectura del texto escrito por las religiosas, el rector del Santuario de Fátima, el padre Carlos Cabecinhas, mostró a los peregrinos presentes en la Capilla de las Apariciones, las tres balas y la tela ofrecidas a la “Reina de la Paz”.
En el mensaje leído por el obispo, en el que se describe el escenario del martirio de los tres cristianos, las monjas explican el significado de la ofrenda hecha a la Virgen de Fátima: Las balas y el pañuelo “se han ofrecido a la Reina de la Paz, como un recordatorio perpetuo de la urgencia de la oración por los cristianos de Oriente Medio, para que permanezcan fieles a su Bautismo y para que, a través de su fe, sean verdaderos guardianes de los lugares santos”. El 10 de septiembre de 2013 se celebraron en Damasco las exequias de los mártires, asesinados por odium fidei, odio a la fe.
Fuente: Archidiócesis de Madrid
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