Abrazos tiernos y fuertes a la vez, sin
palabras, como los de Jesús a los niños de Palestina"
Por pastoral se entiende el
cuidado de los fieles cristianos por parte de sus pastores para encaminarlos a
la plena salvación del Reino de Dios; por esto podemos hablar de diversos
métodos pastorales. En primer lugar hay que señalar la importancia de la
palabra, oral o escrita, para anunciar el evangelio del Señor.
Pero junto a la palabra hay que
añadir las imágenes y los signos sacramentales que hablan
a nuestros sentidos. Y no podemos olvidar la música y los modernos medios de
comunicación con todas las variedades informáticas recientes.
Sin embargo el Papa Francisco ha
añadido a estos métodos pastorales un camino pastoral nuevo: la pastoral de los gestos significativos y en concreto la pastoral
del abrazo.
Desde comienzos de su pontificado
Francisco ha realizado gestos muy significativos (no residir en los Palacios
apostólicos vaticanos, vestir y viajar sencillamente, ir a Lampedusa...), pero
sobre todo ha ido abrazando a niños y enfermos, a
ancianos y a mendigos, a gente con diferentes capacidades físicas, a
emigrantes africanos y asiáticos...
Y en su reciente viaje a América
Latina ha abrazado, además, a hombres y mujeres privados de libertad y
a todos los que se le han acercado para manifestarle su testimonio y sus
peticiones. Son abrazos tiernos y fuertes a la vez, sin palabras, como los
abrazos de Jesús a los niños de Palestina, o como el abrazo de padre de la
parábola a su hijo que llegaba a casa destrozado y dolorido.
La Iglesia quiere manifestarse de
este modo, como una madre cariñosa no como una
institutriz regañona que con su dedo alzado amenaza a todos los
que se han desviado del buen camino...Como dijo Juan XXIII en la inauguración del
Concilio Vaticano II, en nuestro tiempo la Iglesia prefiere usar la medicina de
la misericordia más que la de la severidad.
No hay que ser especialmente culto o
profesional para descubrir que el abrazo expresa cercanía, afecto, cariño,
solidaridad, empatía, amor. El abrazo es sin duda algo común en la familia y en
la sociedad, pero cuando se realiza en el ámbito religioso
expresa con gestos concretos el amor y benevolencia de Dios Padre a sus hijos e
hijas, sea cual sea su situación física, cultural, social o moral.
Es un abrazo que anticipa el abrazo eterno del Padre a sus criaturas al final
de los tiempos.
Por esto Francisco no se limita a hablar de los pobres o a optar por ellos,
sino que se acerca a los pobres y los abraza. No es simplemente un
abrazo pastoral sino algo más profundo, la pastoral del abrazo. Es un abrazo
que tiene un profundo sentido profético de denuncia de un sistema que descarta
y excluye. Por esto Francisco abraza sobre todo a los que no tienen quien les
abrace, a los solos, a los marginados, a los descartados, a los heridos del
camino. Y a estos les manifiesta la ternura y el cariño de Dios.
Seguramente la pastoral de abrazo
necesita complementarse con otras mediaciones pastorales, pero es con seguridad el camino pastoral más impactante, en muchos
casos el más necesario y el único posible cuando las palabras y
los gestos son incapaces de expresar algo muy profundo. Los sectores populares
son quienes mejor captan este tipo de pastoral. En cambio, el hermano mayor de
la parábola no comprendió por qué su padre abrazaba al hijo descarriado.
El abrazo pastoral forma parte de la
dimensión encarnatoria de la salvación y de la gracia. Dios no accede a nosotros a través
de una especie de fluidos etéreos e invisibles, sino a través de mediaciones
sensibles, físicas, corporales, sacramentales. El abrazo pastoral es como un
sacramento que expresa la dignidad de cada persona y el amor misericordioso del
Padre, que se nos ha revelado en Jesús y que el Espíritu actualiza en la
historia.
Y por esto no basta el abrazo
litúrgico de la paz en la eucaristía, hay que salir a la calle
y abrazar al pobre, al enfermo, a la mujer abandonada, al anciano desamparado,
al privado de libertad. Como afirma el Papa Francisco, en el abrazo
al pobre estamos abrazando la carne de Cristo.
Francisco, en su reciente viaje por
América Latina, ha intensificado sus abrazos y a través de esta pastoral del
abrazo nos ha acercado la presencia y la ternura de Dios. Con sus abrazos nos
ha manifestado y expresado el abrazo de Dios a su pueblo Y nos ha abierto un camino pastoral para que nosotros hagamos lo
mismo: la pastoral del abrazo. ¿Seremos capaces de seguirla?
(Víctor Codina sj, Bolivia)
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