“Bolivia transita por un momento histórico: hoy puede ser el tiempo de la
integración, hoy se puede crear nuevas síntesis culturales”, lo dijo el Papa
Francisco en su discurso en el Encuentro con las autoridades civiles de este
país del altiplano.
Este
miércoles 8 de julio, el Santo Padre inició la segunda etapa de su Visita
Apostólica a Latinoamérica. Después de haber saludado al pueblo ecuatoriano en
el aeropuerto internacional
“Mariscal Sucre” de Quito, se dirigió rumbo a La
Paz, la capital boliviana donde llegó alrededor de las 16.15 hora local. A su
llegada, el Obispo de Roma fue recibido por el Presidente de la República de
Bolivia, el Sr. Evo Morales, quien junto a las autoridades le dieron la
bienvenida.
Posteriormente,
el Sucesor de Pedro, se encontró con las Autoridades civiles de Bolivia en la
Catedral de La Paz. En su discurso el Papa recordó la importancia de trabajar
en la búsqueda del bien común. Es decir, en la búsqueda de: “el conjunto de
condiciones de la vida social que hacen posible a los grupos y a cada uno de
sus miembros conseguir más plena y fácilmente de la propia perfección”.Por
ello, señaló el Pontífice, es necesario que “la política no se deje dominar por
la especulación financiera o que la economía se rige únicamente por el
paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima producción, de este modo
asegura el Papa, no podrán ni siquiera comprender, y menos aún resolver, los
grandes problemas que afectan a la humanidad”.
Ante este problema se necesita
una cultura la cultura, de la que forma parte no solo el desarrollo de la
capacidad intelectual del ser humano en las ciencias y de la capacidad de
generar belleza en las artes, sino también las tradiciones populares locales,
con su particular sensibilidad al medio de donde han surgido y al que dan
sentido.
“La
libertad siempre es el mejor ámbito para que los pensadores, las asociaciones
ciudadanas, los medios de comunicación desarrollen su función, con pasión y
creatividad, al servicio del bien común. También los cristianos, están llamados
– afirmó el Obispo de Roma – a ser fermento en el pueblo, aportan su propio
mensaje a la sociedad. La luz del Evangelio de Cristo no es propiedad de la
Iglesia; ella es su servidora, para que llegue hasta los extremos del mundo”.
(Renato
Martinez – RV)
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