Una plaza repleta de jóvenes con Rosarios en las manos y
entonando “Emanuel” acogieron en la tarde del pasado domingo al Papa Francisco,
llegado a la Plaza Vittorio Veneto de Turín donde también se encontraba la cruz
de la JMJ.
Amor, vida y amigos: fueron éstos los temas fundamentales
del discurso del Papa, respondiendo a las preguntas que le dirigieron algunos
jóvenes.
El amor es concreto, es diálogo, es casto, es sacrificio,
es finalmente “servicio”: así definió el Papa el amor, respondiendo a la
primera pregunta. El Obispo de Roma explicó que el amor se mueve en base a dos
ejes fundamentales: el primero, es el ser concreto: “el amor está más en las
obras que en las palabras”, dijo. El segundo eje, es el diálogo: “el amor se
comunica, se hace en el diálogo, en comunión”, prosiguió.
Francisco les invitó a vivir plenamente su vida, con amor,
andando a “contra corriente”, siguiendo las palabras del beato Pier Giorgio
Frassati: “vivir, no sobrevivir”. “A mí me da mucha tristeza y mucha pena ver a
los jóvenes que se jubilan a las 20 años. Han envejecido rápidamente. Lo que
hace que un joven no se jubile, son las ganas de amar”, dijo.
El Papa, quien habló sin papeles en la mano, quiso también
que los jóvenes pensaran sobre los conflictos bélicos que se viven actualmente
en el mundo, en Europa, en África, en Medio Oriente… “¿yo puedo tener confianza
en una vida así de este modo?, ¿puedo confiar en los dirigentes mundiales?
Cuando yo voy a votar a un candidato; ¿puedo confiar que no llevará mi país a
la guerra?”. E insistió también en la hipocresía de hablar de paz y fabricar
armas.
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