De los Sermones de san León Magno, papa
(Sermón 1 Sobre la Ascensión, 2-4: PL 54, 395-396)
Aquellos días, amadísimos hermanos, que
transcurrieron entre la resurrección del Señor y su ascensión no fueron
infructuosos, sino que en ellos fueron reafirmados grandes misterios y
reveladas importantes verdades. En el transcurso de estos días fue abolido el
temor de la muerte funesta y proclamada la inmortalidad, no sólo del alma, sino
también del cuerpo. [...]
Por esto, los apóstoles y todos los discípulos, que
estaban turbados por su muerte en la cruz y dudaban de su resurrección, fueron
fortalecidos de tal modo por la evidencia de la verdad que, cuando el Señor
subió al cielo, no sólo no experimentaron tristeza alguna, sino que se llenaron
de gran gozo.
Y es que en realidad fue motivo de una inmensa e
inefable alegría el hecho de que la naturaleza humana, en presencia de una
santa multitud, ascendiera por encima de la dignidad de todas las creaturas
celestiales, para ser elevada más allá de todos los ángeles, por encima de los
mismos arcángeles, sin que ningún grado de elevación pudiera dar la medida de
su exaltación, hasta ser recibida junto al Padre, entronizada y asociada a la
gloria de aquel con cuya naturaleza divina se había unido en la persona del
Hijo.
De News.Va
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