martes, 31 de marzo de 2015

Francisco, dos años después: "Navegante, vigía y timonel"

"Es más pastoral que curial, más evangélico que canonista, más gobernante que político. "

Como Juan XIII, también Francisco es Pastor et Nauta (en vez de otro lema que le hubiese dedicado Nostradamus,). Francisco es navegante, vigía y timonel. Navega con la vista puesta en la estrella polar, corrige en conversión continua el rumbo de la nave, como atento vigía otea el horizonte por si aparece "patera a la vista" y gira de repente el timón a babor para llegar a tiempo de recoger una balsa de náufragos...

Para celebrar sus dos años de pontificado, estoy releyendo los párrafos de Evangelii Gaudium donde habla sobre cómo construir en paz el bien común de un pueblo y de una iglesia (EG 217-237).

Francisco propone un método de reforma social orientado por cuatro criterios:

1) iniciar procesos hacia el futuro, en vez de controlar espacios de poder, 
2) transformar los conflictos, en vez de polarizarlos,
3) pensar desde la realidad, en vez de hacerlo a través del filtro de ideologías, y 
4) buscar el bien común "poliédricamente", como unidad de diferencias (totalidad sin totalitarismos, ni descartes o exclusiones, EG 36-40, 115-118, 129-131, 217-241).

En esos párrafos veo que el Papa ha dibujado su autorretrato y su programa pastoral y de gobernanza. Cuando dice: "A veces me pregunto quiénes son los que en el mundo actual se preocupan realmente por generar procesos que construyan un pueblo, más que por obtener resultados inmediatos que producen un rédito político fácil, rápido y efímero, pero que no construyen la plenitud humana" (EG 224), veo que se autorretrata Francisco con esas palabras. Dice que hay que "iniciar procesos más que poseer espacios" (EG 223).

Eso es justamente lo que él ha hecho al desencadenar el proceso de sinodalidad y colegialidad, para que el Sínodo de los Obispos recupere su misión original; también al recomendar desde los primeros días de pontificado la "descentralización" de la Curia romana (EG 16, 30-33, 104, 184, 241, 246) .
Francisco es más pastoral que curial (EG 25, 27); es más evangélico que canonista; es más teólogo desde la misión que redactor de "teologúmenos" desde la barrera o desde la biblioteca; y es también más gobernante con visión de estado que político con estrechez de partido e ideología.
La reforma de Francisco es una reforma "in via", por el camino, una reforma que llamaríamos "de la cuarta vía".

Francisco evita las tres vías de "reforma sin reforma" o de reforma inauténtica. Me refiero a las tres ideologías con las que Francisco no quiere casarse:

 1) la de los que ignoran el conflicto ("miran y siguen adelante como si no pasara nada", EG 227); indiferencia ante la necesidad presente y nostalgia del pasado; ideología de la restauración nostálgica (fundamentalista, fanática, cavernaria). ›
2) la de los que hacen ídolo de la propia ideología, quedan presos del conflicto sin buscar otra salida que no sea la ganancia del propio partido; la ideología del rechazo desarraigado y ruptura a ultranza. "Pierden horizontes, poyectan en las instituciones las propias confusiones e insatisfacciones y así la unidad se vuelve imposible" (EG 227). ›
3) los que apuestan por vías medias de sincretismo (EG 227), de soluciones de consenso forzado sobre los papeles en reuniones de comités para producir documentos; la ideología de la renovación cosmética, burocrática, curial, documentalista, productora de consensos por mero compromiso sobre el papel. 

Frente a estas tres posturas, Francisco opta por entrar en el conflicto, sufrirlo y pasarlo mal y caminar discerniendo, buscando y convirtiéndose, transformándose ambas partes por el camino al dejarse transformar por el Espíritu. "Es aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso. Felices los que trabajan por la paz" (EG 227). La reforma de Francisco es reforma por el Camino, reforma desde el Espíritu y reforma hacia las periferias...

Francisco evita las tres rutas de pseudorreforma y endereza el rumbo de la nave de Pedro por la cuarta ruta: la reforma por el camino, dinámica, auténtica y evangélica: conversión continua (EG 27, 51, 53-55), en salida (EG 15, 19-24,20, 27-33,46-49), discernimiento (EG 30, 33, 43, 45, 50, 154), hacia las periferias (EG 30, 59)...

La reforma de Francisco es la reforma por el camino, se hace reforma al andar, caminando con Jesús y caminando con el pueblo (EG 143), recorriendo senderos y procesos de discernimiento evangélico (EG30,33,43,51,154) y praxis de liberación, fraternidad y justicia (EG 179), en sinodalidad, conciliaridad y colegialidad.

Juan Masiá, sj., 12 de marzo de 2015 - Religión Digital

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