El
Papa Francisco escribe: "Estamos saturados de noticias e imágenes
tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos
toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos
absorber por esta espiral de horror y de impotencia?
En
primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial.
No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en
toda la Iglesia en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de
oración.
En segundo lugar,
podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas
como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la
Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro,
con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma
humanidad.
Y,
en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamamiento a la
conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi
vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la
gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos
en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos
resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos
salvar al mundo y a nosotros mismos".
Fuente: News.va
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