Ciudad del Vaticano, 6
diciembre 2014(VIS).- El cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon
(Francia) es portador de un mensaje en vídeo del Papa Francisco a los
cristianos y al pueblo de Iraq que se proyecta esta tarde en la ciudad de
Erbil. El hermanamiento de la diócesis del purpurado con la de Mosul, comenzada
el pasado verano, ha dado lugar a numerosas iniciativas en favor de la
población iraquí entre las que se cuenta el viaje del cardenal con un grupo de
voluntarios a Erbil. Publicamos el texto integral del mensaje del Santo Padre.
''Me gustaría saludar a todos y
cada uno de vosotros, junto con el cardenal Philippe Barbarin, que os lleva de
nuevo la preocupación y el amor de toda la Iglesia. Yo también, quisiera estar
allí, pero ya no que puedo viajar, lo hago así ... pero estoy muy cerca de
vosotros en estos momentos de prueba. Regresando de mi viaje a Turquía dije:
Los cristianos son expulsados de Oriente Medio y sufren . Os doy las gracias
por vuestro testimonio; hay tanto sufrimiento en él. ¡Gracias! ¡Muchas
gracias!.
Parece que no quieren que allí
haya cristianos, pero vosotros dais testimonio de Cristo. Pienso en las llagas,
en el dolor de las madres con sus hijos, de los ancianos y de los desplazados,
en las heridas de los que son víctimas de cualquier tipo de violencia.
Como recordé en Ankara, suscita
una particular preocupación que a causa principalmente de un grupo extremista y
fundamentalista, enteras comunidades, especialmente - pero no sólo - los
cristianos y los yazidíes, hayan padecido y sufran todavía una violencia
inhumana debida a su identidad étnica y religiosa. Cristianos y yazidíes han
sido expulsados por la fuerza de sus hogares y han tenido que renunciar a todo
para salvar la vida y no renegar de la fe. La violencia se ha cebado también en
los edificios sagrados, en los monumentos, en los símbolos religiosos y en los
patrimonios culturales, como si quisiera borrar todas las huellas, toda la
memoria de los otros.
¡Como líderes religiosos,
tenemos la obligación de denunciar todas los violaciones de la dignidad y los
derechos humanos!
Hoy me gustaría acercarme a
vosotros que soportáis este sufrimiento, estar cerca de vosotros ... Y pienso
en Santa Teresa del Niño Jesús, que decía que ella y la Iglesia se sentían como
una caña: cuando arrecian el viento y la tormenta, la caña se dobla, pero no se
rompe. En este momento vosotros sois esa caña, os dobláis por el dolor, pero
tenéis fuerza para llevar vuestra fe, que para nosotros es un testimonio. ¡Hoy
sois las cañas de Dios. Las cañas que se pliegan bajo este viento feroz, pero
que después se enderezarán!
Quiero daros las gracias de
nuevo. Pido al Espíritu que hace nuevas todas las cosas, que de a cada uno de
vosotros fortaleza y resistencia. Son dones del Espíritu Santo. Y al mismo
tiempo pido encarecidamente, como hice en Turquía, mayor convergencia
internacional para resolver los conflictos que ensangrientan vuestras tierras
de origen, para contrarrestar las otras causas que impulsan a las personas a
abandonar su patria y para promover las condiciones para que puedan permanecer
o regresar. Espero que regreséis, que podáis regresar.
Queridos hermanos y hermanas,
estáis en mi corazón, en mi oración y en los corazones y oraciones de todas las
comunidades cristianas a las que pediré que recen especialmente por vosotros el
8 de diciembre, que recen a la Virgen, para que os proteja mantenerse: Ella,
que es madre, os proteja.
Hermanos y hermanas, vuestra
resistencia es martirio, rocío que fecunda. Por favor, os pido que recéis por
mí; que el Señor os bendiga, que la Virgen os proteja. Que Dios omnipotente os
bendiga, Padre, Hijo y Espíritu Santo''.
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