Durante
la homilía de esta mañana en la Misa celebrada la casa de Santa Marta, el Papa
Francisco reflexionó acerca de tres acciones del Señor que relata el Evangelio
de hoy.
La
primera es la oración. Jesús “transcurre toda la noche rezando a Dios”. Jesús
“reza por nosotros. Parece un poco extraño que Él, que ha venido a salvarnos,
que tiene el poder, rece al Padre. Y lo hace con frecuencia”. Porque Jesús “es
el gran intercesor”:
“Él
está ante el Padre en este momento, rezando por nosotros. ¡Y esto debe darnos
valor! Porque en los momentos difíciles, de dificultad o de necesidad y de
tantas cosas, hemos de pensar: ‘Tú, Señor, estás rezando por mí. Reza por mí.
¡Jesús reza por mí al Padre!’. Es su trabajo de hoy: rezar por nosotros, por su
Iglesia".
"Nosotros
olvidamos frecuentemente esto, que Jesús reza por nosotros. Ésta es nuestra
fuerza: decir al Padre ‘si Tú, Padre, no nos miras, mira a tu Hijo que reza por
nosotros’. Desde el primer momento Jesús reza: ha rezado cuando estaba en la
Tierra y sigue rezando ahora por cada uno de nosotros, por toda la Iglesia”.
Después
de la oración, Jesús elige a los doce Apóstoles. El Señor lo dice claramente:
“No han sido ustedes los que me han elegido a mí. ¡Soy yo quien los ha elegido
a ustedes!”. “Este segundo momento – afirmó el Papa – nos da coraje: ‘¡Yo soy
elegido, yo soy una elección del Señor! En el día del Bautismo, Él me ha
elegido’. Y Pablo, pensando en esto decía: ‘Él me eligió a mí desde el seno de
mi madre’”.
Por
tanto, nosotros los cristianos, hemos sido elegidos: “¡Estas son las cosas del
amor! El amor no mira si uno tiene rostro feo o rostro bello: ¡ama! Y Jesús
hace lo mismo: ama y elige con amor. ¡Y elige a todos! Él, en la lista, no
tiene a nadie importante según los criterios del mundo: hay gente común. Pero
todos tenemos algo que nos asemeja: que todos somos pecadores".
"Jesús
ha elegido a los pecadores. Elige a los pecadores. Y ésta es la acusación que
le hacen los doctores de la ley, los escribas: ‘Éste va a comer con los
pecadores, habla con las prostitutas….’. ¡Jesús llama a todos! ¿Recordamos la
parábola de las bodas del hijo, cuando los invitados no quisieron asistir al
banquete? ¿Qué hizo el dueño de la casa? Envió a sus siervos: ‘¡Vayan y traigan
a todos a casa! Buenos y malos’, dice el Evangelio. ¡Jesús ha elegido a
todos!”.
Jesús
– prosiguió el Papa Francisco – también eligió a Judas Iscariote, “que se
convirtió en el traidor… Un gran pecador. Pero fue elegido por Jesús”.
En
tercer lugar, Jesús está cerca de la gente. Muchísimas personas van “a
escucharlo y a ser curados de sus enfermedades. Toda la muchedumbre trataba de
tocarlo” porque “de Él salía una fuerza que curaba a todos”. Jesús está en
medio de su pueblo:
“No
es un profesor, un maestro, un místico que se aleja de la gente y habla desde
la cátedra, desde allí. ¡No! Está en medio de la gente; se deja tocar; deja que
la gente le pida. Así es Jesús: cercano a la gente".
"Y
esta cercanía no es una cosa nueva para Él: lo subraya con su modo de actuar,
pero es algo que viene de la primera elección de Dios por su pueblo. Dios dice
a su pueblo: ‘Piensen, ¿qué pueblo tiene un Dios tan cercano como Yo lo estoy
con ustedes?’. La cercanía de Dios con su pueblo es la cercanía de Jesús con la
gente”.
“Así
es nuestro Maestro, así es nuestro Señor – concluyó el Papa–. Reza, elige a la
gente y no tiene vergüenza de estar cerca de la gente. Y esto nos da confianza
en Él. Nos encomendamos a Él porque reza, porque nos ha elegido y porque está
cerca de nosotros”.
Fuente: News:va
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