viernes, 7 de marzo de 2014

EL AYUNO GRATO AL SEÑOR


“El pan que no necesitas le pertenece al hambriento, el dinero que gastas en lo que no es necesario es un robo que le estás haciendo al que no tiene con que comprar lo necesario. Si pudiendo ayudar no ayudas, eres un verdadero ladrón.”
(San Basilio el Grande)

“El ayuno purifica el alma, eleva el espíritu, sujeta la carne al espíritu, da al corazón contrición y humildad, disipa las tinieblas de la concupiscencia, aplaca los ardores del placer y enciende la luz de la castidad.”
(San Agustín)

“El ayuno es humildad de la mente, castigo de la carne, molde de la sobriedad.” (San Ambrosio)

"Santificar el ayuno es manifestar con otras buenas obras que nuestra abstinencia es digna de Dios. Se debe advertir a los que se abstienen, que ofrecen a Dios una abstinencia agra-dable si dan a los pobres los alimentos de que ellos mismos se privan.
(S. Gregorio Magno)

“El ayuno ha de consistir mucho más en la privación de nuestros vicios que en la de los alimentos.”

(San León Magno)

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