C.S.I. Las Vistillas: investigando estafas
Habitualmente, cuando escuchamos la palabra estafa pensamos en dinero. Y, efectivamente, la estafa es un delito económico. Pero si estrapolamos las características de la estafa al resto de nuestra vida, nos puede ayudar mucho a no ser estafados en otros ámbitos de la vida, no sólo en lo económico, ya que también podemos ser estafados en lo afectivo y lo espiritual.
La característica fundamental de la estafa, lo que ayuda al autor a conseguir su objetivo, es el engaño. El estafador hace ver que ofrece un bien para obtener su beneficio. Tenemos un primer ejemplo de estafa en el Génesis, con Adán y Eva. Esta estafa sería de tipo espiritual, en la que el hombre se aleja de Dios.
Estudiemos el engaño de forma esquemática:
- La serpiente presenta la tentación como un bien. La serpiente no le dice a Eva que no haga caso a Dios, sino que le presenta su engaño como la auténtica Verdad: Dios te ha dicho una cosa, pero la Verdad es otra. Es decir, las tentaciones, siempre se nos van a presentar como algo bueno.
- La estafa, a corto plazo, es beneficiosa para la víctima. Es decir, durante un tiempo, la víctima cree haber salido beneficiada. El estafador sacrifica el corto plazo por el largo. Así vemos cómo Eva tras comer la manzana percibe su bondad y recomienda a Adán que también coma.
- Las consecuencias de la estafa intentan ser solucionadas con parches, sin acudir a la raíz. Tras ser estafados, Adán y Eva se dan cuenta de que están desnudos, y en lugar de acudir a Dios, se visten con hojas de higuera.
Esta misma dinámica la podemos ver en nuestras vidas diarias, cuando somos estafados vitalmente, con conceptos erróneos de felicidad, amor, diversión, libertad, relación con Dios… Podemos poner ejemplos: se nos presenta el amor como una acumulación sentimientos buenos compartidos entre dos personas (lo cual tiene parte de verdad), nos entregamos a esa forma de vivir el amor y en el corto plazo nos resulta positivo, pero a largo plazo solemos constatar un vacío en la relación que no sabemos cómo llenar. A partir de aquí, las soluciones suelen ser dispares, porque el disfrute a corto plazo nos engaña y nos hace ver que nuestro problema no es la forma de vivir el amor, sino cualquier otra.
En la vida diaria, cuando constatamos que algo va mal, lo importante es no caer en la desesperanza de pensar que “la vida es así”, sino buscar la Verdad. La Verdad en el Amor, la Felicidad, la Libertad…
¡Ojo con las estafas! Están por todas partes, y sólo Cristo, Camino, Verdad y Vida nos muestra cómo y por dónde caminar.
En próximos artículos iremos descubriendo estafas concretas, en las que caemos a diario.
Fuente: Seminario de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario