El papa Francisco ha comentado la
primera lectura del día de hoy, del Libro de la Sabiduría: "El estado de
ánimo del hombre y de la mujer espiritual", del verdadero cristiano y de
la verdad cristiana vive "en la sabiduría del Espíritu Santo. Y esta
sabiduría le lleva adelante con este espíritu
inteligente, santo, único y múltiple, sutil, ágil".
"Esto
es caminar -precisó el santo padre- en la vida con este espíritu: el Espíritu
de Dios, que nos ayuda a juzgar, a tomar decisiones según el corazón de Dios. Y
este espíritu nos da paz, ¡siempre! Es el espíritu de paz, el espíritu de amor,
es espíritu de fraternidad. Y
la sanidad es precisamente esto. Lo que Dios le pide a Abraham, `Camina en mi
presencia e sé intachable`, es esto: esta paz. Ir bajo el movimiento del
Espíritu de Dios y de esta sabiduría. Y ese hombre y esa mujer que caminan así,
se puede decir que son un hombre y una mujer sabios. Un
hombre sabio y una mujer sabia, porque se mueven bajo la movimiento de la
paciencia de Dios".
Asimismo, ha querido subrayar que en el Evangelio nos encontramos delante de otro espíritu, contrario a este de la sabiduría de Dios: el espíritu de curiosidad".
Asimismo, ha querido subrayar que en el Evangelio nos encontramos delante de otro espíritu, contrario a este de la sabiduría de Dios: el espíritu de curiosidad".
El santo padre lo ha explicado
así: "Es cuando nosotros queremos apropiarnos de los proyectos de Dios,
del futuro, de las cosas; conocer todo, tener todo en la mano... Los fariseos
preguntaron a Jesús: `¿cuándo vendrá el
Reino de Dios?` ¡Curiosos! Querían conocer la fecha, el día... El espíritu de
curiosidad nos aleja de la sabiduría, porque solamente interesan los detalles,
las noticias, las pequeñas noticias de cada día. ¿Y cómo se hará esto? Y el cómo: ¡es el espíritu del cómo! Y el espíritu de la
curiosidad no es un buen espíritu: es el espíritu de la dispersión, de alejarse
de Dios, el espíritu de hablar demasiado. Y Jesús también va a decirnos
una cosa interesante: este espíritu de curiosidad, que es mundano, nos lleva a la confusión".
Y para explicar cómo funciona esta confusión, el santo padre ha insistido: "la curiosidad nos empuja a querer sentir que el Señor está aquí o allá, o nos hace decir: `Pero yo conozco un vidente, una vidente, que recibe cartas de la Virgen, mensajes de la Virgen".
Y para explicar cómo funciona esta confusión, el santo padre ha insistido: "la curiosidad nos empuja a querer sentir que el Señor está aquí o allá, o nos hace decir: `Pero yo conozco un vidente, una vidente, que recibe cartas de la Virgen, mensajes de la Virgen".
A lo
que el papa ha comentado: "Pero mira, la Virgen es madre ¡eh! y nos ama a
todos nosotros. Pero no es un jefe de correos, para enviar mensajes todos los
días". Por ello, ha afirmado que "estas novedades nos alejan del Espíritu Santo, alejan de la paz y
de la sabiduría, de la gloria de Dios, de la belleza de Dios".
Porque
Jesús - ha subrayado el papa - dice que el Reino de Dios no es para llamar la
atención: es para la sabiduría. "¡El Reino de Dios está en medio de vosotros!", dice Jesús: es
"esta acción del Espíritu Santo, que nos da la sabiduría, que nos da la
paz. El Reino de Dios no viene en la confusión, como Dios habló al profeta
Elías en el viento, en la tormenta" sino que habló "en la suave brisa, la brisa de la sabiduría".
Para finalizar, el santo padre ha
nombrado a Santa Teresa del Niño Jesús cuando "decía que ella se
paraba siempre delante del espíritu de curiosidad. Cuando hablaba con otra
hermana y esta hermana contaba una historia, algo de la familia, de la frente, algunas veces pasaba a otro
argumento y ella quería conocer el final de la historia.
Pero sentía que eso no era el
Espíritu de Dios, porque era un espíritu de dispersión, de curiosidad. El Reino
de Dios está en medio de vosotros:
no busquéis cosas raras, no busquéis novedades con esta curiosidad mundana.
Dejemos que el Espíritu nos lleve adelante, con esa sabiduría que es una suave
brisa. Este es el Espíritu del Reino de Dios, del que nos habla Jesús".
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