El Papa ha presidido en la Casa de Santa
Marta, la Santa misa en la festividad del evangelista San Marcos.
Francisco, comentando el Evangelio de hoy que narra la Ascensión de
Jesús, ha subrayado que el Señor antes de subir al cielo manda a los apóstoles a
anunciar el evangelio “hasta los confines del mundo, no sólo en Jerusalén o en
Galilea... El horizonte es grande y, como se puede ver, éste es el carácter de
la misión de la Iglesia que va adelante con esta predicación: a todos, a todo el
mundo. Pero no va adelante sola: va con Jesús... El Señor trabaja con los que
predican el Evangelio”.
El Obispo de Roma se ha referido también a la
primera Carta de San Pedro que define el estilo cristiano de la predicación :
“La humildad, el servicio, la caridad, el amor fraternal... Pero ¡Señor tenemos
que conquistar el mundo! Esa palabra “conquistar” - ha dicho- no está bien.
Tenemos que predicar al mundo.
El cristiano no puede ser como los soldados que
cuando ganan la batalla arrasan todo...
El cristiano anuncia el evangelio con su
testimonio más que con las palabras y con una doble disposición: un ánimo grande
que no se asusta de las cosas grandes, de caminar hacia horizontes inmensos y la
humildad de tener en cuenta las pequeñas cosas”.
Papa Francisco
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