viernes, 21 de diciembre de 2012

III LUNES DE ADVIENTO

III Lunes de Adviento

Tiempo de profecía

“A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre” (Gn 49, 8-10).

“Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo” (Mt 1, 17)

Súplica

“Que florezca la justicia, y la paz abunde eternamente” (Sal 71)

Consideración

En un momento en que las noticias domésticas y las lejanas atentan diariamente contra la esperanza, porque la violencia, la pobreza, la falta de trabajo, y hasta el hambre, se imponen de manera dramática, parece fuera de lugar que se eleve una voz positiva, extasiada en contemplar un futuro amable, positivo, colmado de luz y de belleza.

Es tiempo de interrumpir la inercia de la visión negativa de la realidad para descubrir signos de esperanza, gestos permanentes que iluminan el trayecto penoso, la travesía por el desierto sin horizonte.

Los ojos abiertos del profeta evocan los ojos abiertos del ciego que vuelve a ver y por la visión, rostro a rostro, de Jesús de Nazaret, se dispone a seguirlo de cerca, para compartir la suerte del Maestro.

Se nos anuncia un futuro florecido, que es presente para el que cree, porque del cielo llueve la justicia, la santidad, y de la tierra brota la salvación, alumbrada en el seno de una mujer nazarena.

Atrévete a iluminar todo acontecimiento con la noticia del nacimiento de Jesús, y por aciagos que sean los días, siempre habrá una razón para bendecir a Dios.

Preguntas

¿Te atreverás a ser augurio de bondad, verdad y belleza?
¿Te descubres anunciando y comentando realidades positivas, o en la inercia social de la crítica violenta y desesperanzada?
¿Qué haces o estás dispuesto a hacer para que los que están junto a ti descubran lo positivo?

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