viernes, 7 de septiembre de 2012

SÁNAME, JESÚS


Jesús, tú que sanaste al sordomudo de su enfermedad.

Sáname también de mi sordera:
Por no oir a mis hermanos que pasan hambre.
Por no oír a los ancianos que están solos.
Por no oír a los enfermos que sufren.
Por no oír a mis compañeros que me piden ayuda.
Por no oír a los niños que no sienten el amor de sus padres.

Jesús sáname también por:
Callar cuando veo injusticias y no me quiero complicar la vida.
Callar cuando veo que en tú casa no nos comportamos como debemos.
Callar cuando debo corregir a los jóvenes y no lo hago por miedo a su reacción.
Callar cuando te ofenden y no te defiendo como tú te mereces.

Señor, sáname cuando "no quiero oír o cuando callo", tantas veces en que sé que tú esperas algo diferente de mí.
H. Carmen

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