lunes, 30 de enero de 2012

LA SEGUNDA TENTACIÓN

Llega una tentación. De avaricia o de lujuria, de envidia o de soberbia, de pereza o de egoísmo, de vanidad o de ira.

Si no estuvimos atentos, si no recurrimos a la ayuda divina, la tentación penetra, poco a poco, en el alma. Luego crece desde las pasiones, entre dudas y ansiedades. Al final, sucumbimos. Hemos pecado.
Entonces puede insinuarse la segunda tentación. Esa que nos hace pensar que no ha pasado nada. O esa que nos dice que es imposible volver a empezar. O esa que nos aparta de Dios: si hemos sido tan malos, ¿con qué cara podemos pedir misericordia?

La segunda tentación es terrible: paraliza el corazón, encadena la voluntad, hiere mortalmente la esperanza, prepara el terreno a nuevos pecados, nos aparta de Dios.

Si el pecado ha vencido en nuestras vidas, si nos ha robado la amistad con Dios y la unión con los hermanos, necesitamos más que nunca pedir la gracia del perdón. No podemos permitir que la segunda tentación nos hunda más y más en el mal cometido. No podemos dejar crecer el monstruo de la desconfianza que destruye tantas vidas. No podemos abrir las puertas al pecado diabólico por excelencia: pensar que ni siquiera Dios es capaz de perdonarnos.

Resistir la primera tentación es posible sólo con Dios. Si el pecado se hizo presente por nuestra culpa, necesitamos más que nunca volver a Dios para resistir al más terrible de los males: la segunda tentación.

Para ello, hemos de aprender a ver nuestro pecado como Dios lo ve: como la herida en un hijo. Porque para Dios el hijo no deja de serlo si está enfermo. Somos también suyos en medio del lodo del pecado.

La mirada paterna del Dios de misericordia nos da fuerzas para reemprender la lucha, para acudir al sacramento de la confesión, para amar más porque hemos sido muy amados, para perdonar a mis hermanos porque también yo, mil y mil veces, he sido perdonado...

P. Fernando Pascual

¡Cuántas veces nos ponemos tristes por que no hemos hecho bien las cosas! , por contestar de malas formas al hermano, no ayudar al que lo necesita, sin darnos cuenta de que Dios es nuestro Padre misericordioso y siempre nos va a perdonar si estamos arrepentidos. Él nos da fuerza, si lo olvidamos cada vez nos pondremos más tristes y nos iremos alejando de Él, que es toda nuestra vida.

viernes, 27 de enero de 2012

Ven Espíritu Santo, Enciende nuestro Corazón



Canto que clama a Jesús, para que envíe la Promesa del Espíritu Santo sobre nuestos corazones. (en el video se pueden apreciar imágenes de la Capilla Redemptoris Mater de la Basilica de S. Pedro en el Vaticano)

LLAMA DE AMOR VIVA-S. JUAN DE LA CRUZ



Una hermosa poesia cantada con mucha pasion,san Juan nos hace recordar a Dios,y el anhelo que debemos tener hacia El son mas que versos son sus vivencias.

CÁNTICO ESPIRITUAL DE SAN JUAN DE LA CRUZ




"Oh ninfas de Judea", forma parte del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz musicado e interpretado por Amancio Prada. Con Hilary Fielding y Rafael Domínguez al violonchelo y la Escolanía de Segovia dirigida por Marisa Martín. Teatro de La Abadía, Madrid, febrero 2011.

jueves, 26 de enero de 2012

Siempre llamas .

Con cariño cada dia que amanece .
Con susurros en el silencio de la noche .

Con ternura cuando el cansancio nos vence .

A gritos en el ruido del mundo .

Con constancia cuando nos equivocamos de camino .

Desde el dolor de los que sufren sin consuelo .

Desde la alegria de los que cantan a la vida .

Desde el amor de los que atienden al prójimo .

Desde la pasión de los que se olvidan de si mismos .

Siempre llamas .

ULIBARRI FI .

ISABEL

Cristianos perseguidos en el mundo.

Nos ha llegado a la parroquia una carta impactante, es de una agencia de viajes, pero nos ayuda a ver la situación de muchos cristianos en el mundo.
DEBEMOS REZAR MUCHO POR ELLOS.


Querido amigo:
Paz
Mientras que nosotros andamos preocupados con lo más próximo, a veces, se nos olvida estar un poco más atentos a los más lejanos.
Un hermoso grupo acabamos de estar en Egipto donde la situación de los cristianos, ante la llegada del próximo gobierno es, al menos, de incertidumbre. Esta situación sumada a la escasez de peregrinos les hace sentir una gran soledad. Aún con todas las necesidades, y son muchas, el pueblo, cristianos y no cristianos, sigue sonriendo, en ese país todavía se confía en Dios para que cada día haya un plato de comida en la mesa es decir, para vender algo, lo que sea, a quien vaya a visitarles. Un país rico en todo tipo de historia desde los Faraones, Moisés, La Sagrada Familia e incluso de Santos.
Pero los cristianos que sufren en el mundo son muchos, como muestra, puedes pinchar en el siguiente enlace para ver el video que te adjuntamos (dura unos 4 minutos) Queremos avisar de la dureza de las imágenes a la vez que de los testimonios de verdadero seguimiento a Dios.

http://www.youtube.com/watch?v=455X6ddYnlc

Y si ellos sufriendo lo que sufren no niegan a Dios deberíamos de preguntarnos si, a veces, nuestra cultura nos lleva de una forma más engañosa a negarle

El motivo de esta carta es hacer una apuesta por ellos a la vez que una apuesta para que nuestra fe sea cada vez más robusta y resistente, y la mejor manera que tenemos en Ain Karen de hacerlo es a través del conocimiento más directo: La peregrinación. Pensamos que aquellos que caminan con su pastor hacen posible una gran comunidad. Por eso estamos a tu disposición por si deseas organizar tu peregrinación en este año 2012.
Emilio Pinto

miércoles, 25 de enero de 2012

Sin hablar por hablar (Mc 1,14-20)


Se suele decir, que cuando no hay nada de que hablar es recurrente e inocuo hablar del tiempo. No de algo o de alguien que nos interesa y nos determina, sino de algo que queda tan afuera del corazón, tan al margen de nuestras preguntas, que hablando del tiempo es hablar por hablar.

Y esto podría ocurrir incluso cuando hablamos de Dios: se comentan las lluvias y los fríos, sin que ello cambie la situación en la que para bien o para mal vivimos los comentaristas. Pero, ¿qué tiene que ver ésto con el problema de la recesión económica que nos aprieta en la cuesta-arriba-de-cada-mes? ¿qué tiene que ver con la absurda enemistad que nos lleva a ignorarnos, a odiarnos, a matarnos en tantos frentes y trincheras lejanas y cercanas? ¿qué tiene que ver con esa enfermedad ideseada o con esa muerte inesperada que cambian el rumbo de nuestra existencia y que parecen ganar el pulso a nuestra frágil esperanza? ¿qué tiene que ver todo esto con mis soledades, con todos esos come-come que me llenan de pesadumbre hasta respirar tristeza y depresión? Y así tantas preguntas, de las que tienen nombre y peso y espesor, las cuales tenían en la época de Jesús y tienen en la nuestra muy poco que ver con un hablar tontamente del tiempo.

Pero vino Jesús y paró el tiempo viejo para hacer sonar el despertador de la historia: se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios, está ya entre vosotros... convertíos y creed la Buena Noticia (Mc 1,14-15). Él ha traído la buena noticia del “¡ya está bien!”, del “¡se ha cumplido el plazo!”. Porque ha dado comienzo otra realidad: se acabaron los caínes fratricidas, las babeles pretenciosas, los becerros de oro de turno. Es posible comenzar otra historia, otro modo de ser humanos: recuperar el proyecto de Dios... estrenándolo de una vez. Y para eso vino Jesús: para mostrarlo en su Persona, para concedérnoslo con su Gracia, para acompañarlo con su Presencia y su Palabra, para recordarlo con su Iglesia.

Hace 2000 años hubo gente que escuchó este Evangelio y sin embargo siguió hablando del tiempo. Hubo otros que lo creyeron, le dieron tanto crédito que cambiaron su vida, es decir, se convirtieron. Fue un modo de escuchar esa noticia buena que se transformó en seguimiento de su Portavoz, Jesucristo, y se fueron con Él a vivir y a desvivirse por Él y los demás. El tiempo de Dios había empezado a sonar. Pequeñas pero imparables, comenzaron a sonar las campanadas de la esperanza y la alegría, de la paz y la caridad. Era la gracia de Dios hecha acontecimiento para la historia.

Nosotros podemos hablar del tiempo o acoger este Evangelio, siguiendo a Jesús, viviendo con y como Él, construyendo el Reino de Dios. Es el riesgo apasionante de nuestra libertad.
+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
22 enero 2012
3º Domingo tiempo ordinario  (de azamadrid)

viernes, 20 de enero de 2012

Señor, otra vez necesito tu ayuda

Muchos hombres y mujeres necesitan ayuda. En sus cuerpos, porque están enfermos o sufren hambre. En sus corazones, porque necesitan el bálsamo de la misericordia.

Cristo vino al mundo precisamente para anunciar un mensaje de salvación y de consuelo. Dio de comer a las multitudes, curó a enfermos, consoló a los tristes, resucitó muertos, perdonó pecados.

Despues nos dijo que nosotros debíamos hacer lo que pudiésemos por los demás, consolar a los tristes, dar de comer a los hambrientos, de beber a los sedientos, perdonar siempre, enseñar la Buena Nueva, visitar a los enfermos....

Pero a algunos cristianos que queremos seguir a Jesús, de verdad, esto nos sobrepasa, ¡hay tanta gente a nuestro alrededor que necesita consuelo!, ¡vemos a tantas personas que necesitan techo y comida!, que nos sentimos agobiados, necesitados de saber exactamente lo que debemos hacer,

Queremos hacer la voluntad del Señor, pero en algunos momentos no es tan sencillo, hay veces que sientes que Jesús quiere que hagas más, pero Señor ¿qué?. Supongo que necesitamos orar más, confiar más en el Señor. Estar seguros de que Él no nos dejará solos y nos irá indicando el camino a seguir.

Señor, otra vez, te pido ayuda, enseñáme el camino que debo seguir. Ya sabes que sin Ti no soy nada, estoy perdido.
Gracias Señor, confío en Ti.
MEMM

Jesucristo reza por nosotros

El Santo Padre comenta en la audiencia del 11 de enero del 2012 la oración de Jesús en la última cena.
Quisiera resaltar sólo un pequeño detalle: la oración que hace Jesús por Pedro: yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague.

Nuestro Señor dirige esa frase a Pedro justo después de predecirle su triple negación. Jesús está a punto de salir para Getsemaní para agonizar en el huerto, pero sabe que también Pedro sufrirá una gran prueba y quiere decirle que a pesar de sucumbir, que siga adelante, que ha rezado por él. Precisamente la oración de Jesús sostiene la debilidad de sus discípulos durante la prueba.

Esto es un consuelo para nosotros, pues significa que ante las pruebas de la vida no dependemos exclusivamente de la fuerza de nuestra propia oración. Por un lado, a veces sufrimos pruebas tan grandes que lo último que nos apetece hacer en ese momento es rezar. Por otro, nuestros momentos de oración pueden llegar a ser tan distraídos que realmente poca fuerza podemos esperar de ellos. Perdemos la confianza en nuestra propia oración.

Pero saber que Cristo ha rezado por nosotros, para sostenernos en los momentos de debilidad, para que sepamos levantarnos después de habernos caído, es un gran consuelo. ¿Qué oración puede ser más eficaz que la del mismo Cristo?

Si no confías en tu propia oración, no te preocupes. Cristo ha rezado por ti.

 P. Francisco Armengol

sábado, 14 de enero de 2012

PRUDENCIA DE MARÍA

Una prueba muy elocuente de la prudencia de una persona consiste en saber callar y saber hablar en el momento oportuno; pues, como dice el Eclesiástico (III,7) hay un tiempo para callar y un tiempo para hablar. En lo uno y en lo otro, María fue incomparable.

Podría haber hablado, observa justamente un piadoso autor, manifestando a José el secreto misterio que se había obrado en Ella, despejando así el desconcierto del amantísimo Esposo; pero eso hubiera sido revelar el secreto del Rey del Cielo; se hubiera convertido en una celebridad para Ella; prefirió, pues, callar y dejó que hablase Dios por medio del Ángel.

Habría podido hablar en Belén, cuando le fue negado el hospedaje, dando a conocer la nobleza de su linaje, su sublime dignidad; la humildad profunda y el deseo de sufrir, de conformarse con la voluntad divina, La llevaron al silencio y calló.
Cuántas cosas habría podido decir a los Pastores y a los Magos que fueron a visitar al Divino Infante. Esto podría haber alborotado la adoración y la contemplación de esos santos personajes delante de Jesús: la gloria de Dios, la caridad para con los Magos y los Pastores le impedían hablar y se calló.
Oía con admiración todo lo que decían para gloria del Hijo, de su celestial doctrina, de sus milagros; María, más que los demás Lo admiraba en su corazón, y en éste conservaba con cuidado aquellas palabras y aquellos hechos.

El anciano profeta Simeón le predijo los destinos del Hijo y sus futuros y atrocísimos tormentos; María no dice una sola palabra, pues está dispuesta para todo; no ensalza su resignación, escucha, se ofrece a Sí misma en holocausto juntamente con el Hijo y calla
Por las mismasjustísimas razones, se calla al pie de la Cruz, se calla en las tribulaciones, en las humillaciones, como por modestia, se calla en la alegría y en la gloria. Estas son las pruebas admirables de prudencia divina que nos ofrece el silencio de María: Tempus tacendi.

Maestra insuperable en el saber hablar

Maestra incomparable en el callar cuando se debe callar, se mostró también maestra insuperable en el hablar a tiempo, en lugar y manera conveniente, es decir, cuando y cuanto conviene para dar gloria a Dios y hacer bien a los hombres.
También están aquí los hechos que lo prueban. Habló al Arcángel San Gabriel y no podemos dejar de admirar la prudencia de sus palabras. Habló a su prima Santa Isabel y sus palabras hicieron saltar de gozo, antes de su nacimiento, al futuro Precursor de su Hijo. Sus palabras fueron una profesión de humildad, degratitud, un cántico de alabanza, un himno sublime de agradecimiento al Omnipotente: Magnificat anima mea Dominum
Habló con el Hijo en el Templo y sus palabras fueron una admirable demostración de afecto y de solicitud maternales.
Habló en las bodas de Caná y con sus palabras quedó patente su compasiva misericordia con los necesitados y su ilimitada confianza en Dios. ¡Oh admirable prudencia de María, prudencia incomparable, tanto en el hablar como en el callar!...
Juan S. Clá Díaz .Fuente: Catholic.net

Madre, ayúdanos a parecernos un poco a ti.

jueves, 12 de enero de 2012

ASI ORABA GANDHI

Señor.

Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón .

Si me das éxito ,no me quites la humildad .

Si me das humildad , no me quites la dignidad .

Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla , no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo .

Enséñame a querer a la gente como a ti mismo y a no juzgarme como a los demás .

No me dejes caer en el orgullo si triunfo,ni en la desesperación si fracaso .

Más bien , recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo .

Isabel

miércoles, 11 de enero de 2012

Señor, dame un corazón pobre

Señor, dame un corazón pobre.
Señor, dame un corazón libre de apegos.

Señor, dame un corazón desprendido de ambiciones.
Señor, libérame de mis deseos de poseer.

Señor, libérame del afán de tener cosas.
Señor, que sepa aceptar la vida como viene.

Señor, que sepa acoger cada circunstancia como es.
Señor, libérame de la necesidad de " llevar razón" siempre.

Señor, que sepa vivir acogiendo la realidad de cada situación.
Señor, que viva desprendido de mi necesidad de controlar todo.

Señor, enséñame a " soltar " y a soltarse.
Señor, libera mi corazón y dame alas para volar.

Señor, que descubra la riqueza de tu amistad.
Señor, que descubra que el verdadero tesoro eres tú en mí y en los demas.

Señor, que viva tu reino en mí y en los demás.
Señor, dame un corazón pobre.

Señor, dame un corazón semejante al tuyo.

martes, 10 de enero de 2012

El bautismo de Jesús

En este acto del Bautismo aparece la humildad de Jesús: Él, el Hijo de Dios, aunque es consciente de que su misióntransformará profundamente la historia del mundo, no comienza su ministerio con propósitos de ruptura con el pasado, sino que se sitúa en el cauce de la tradición judaica, representada por el Precursor. Esta humildad queda subrayada especialmente en el Evangelio de San Mateo, que refiere las palabras de Juan Bautista: "Soy yo quien debe ser por Tí bautizado, ¿y vienes Tú a mí?" (3, 14). Jesús responde, dejando entender que en ese gesto se refleja su misión de establecer un régimen de justicia, o sea, de santidad divina, en el mundo: "Déjame hacer ahora, pues conviene que cumplamos toda justicia" (3, 15).

La intención de realizar a través de su humanidad una obra de santificación, anima el gesto del bautismo y hace comprender su significado profundo. El bautismo que administraba Juan Bautista era un bautismo de penitencia con miras a la remisión de lospecados. Era conveniente para los que, reconociendo sus culpas, querían convertirse y retornar a Dios. Jesús, absolutamente santo e inocente, se halla en una situación diversa. No puede hacerse bautizar para la remisión de sus pecados. Cuando Jesús recibe un bautismo de penitencia y de conversión, es para la remisión de los pecados de la humanidad. Ya en el Bautismo comienza a realizarse todo lo que se había anunciado sobre el siervo doliente en el oráculo del libro de Isaías: allí el siervo es representado como un justo que llevaba el peso de los pecados de la humanidad y se ofrecía en sacrificio para obtener a los pecadores el perdón divino (53, 4-12).


El Bautismo de Jesús es, pues, un gesto simbólico que significa el compromiso en el sacrificio para la purificación de la humanidad. El hecho de que en ese momento se haya abierto el Cielo, nos hacecomprender que comienza a realizarse la reconciliación entre Dios y los hombres. El pecado había hecho que el cielo se cerrase; Jesús restablece la comunicación entre el Cielo y la tierra. El Espíritu Santo desciende sobre Jesús para guiar toda su misión, que consistirá en instaurar la alianza entre Dios y los hombres.


Como nos relatan los Evangelios, el Bautismo pone de relieve la filiación divina de Jesús: el Padre lo proclama su Hijo predilecto, en el que se ha complacido. Es clara la invitación a creer en el misterio de la Encarnación y, sobre todo, en el misterio de la Encarnación redentora, porque está orientada hacia el sacrificio que logrará la remisión de los pecados y ofrecerá la reconciliación al mundo. Efectivamente, no podemos olvidar que Jesús presentará más tarde este sacrificio como un bautismo, cuando preguntea dos de sus discípulos: "¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber o ser bautizados con el bautismo con que yo he de ser bautizado?" (Mc 10, 38). Su Bautismo en el Jordán es sólo una figura; en la Cruz recibirá el Bautismo que va a purificar al mundo.

He aquí, pues, la gran verdad: el bautismo, al hacernos partícipes de la Muerte y Resurrección del Salvador, nos llena de una vida nueva. En consecuencia, debemos evitar el pecado o, según la expresión del Apóstol Pablo, "estar muertos al pecado", y "vivir para Dios en Cristo Jesús" (Rom 6, 11).
Juan PabloII
Audiencia General miércoles 11 de enero de 1984

viernes, 6 de enero de 2012

Vida en plenitud

Todos queremos vivir, pero no a medias, sino en plenitud. Ésa es la fuerza que sentimos dentro de nosotros.
Ésa es la sed inmensa que vibra en todas las fibras de nuestro ser. Ésa es la llamada interior que nos impulsa a vivir la VIDA con mayúsculas, que es la vida plena, feliz, luminosa y llena de amor. Una vida que saborea la paz interior, pacificadora y en armonía con todas las personas y con toda la creación.

Es difícil conformarse con una vida a medias, arrastrándola desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. No podemos, ni queremos, aceptar como talante normal una vida que nos cuesta vivir.

Por otro lado, dudamos de la posibilidad real de una vida feliz y plena. Nos parece imposible que pueda darse en las circunstancias concretas de nuestra vida ordinaria, tan complicada y conflictiva.
Cuando leemos y escuchamos en labios de Jesús: "No os agobiéis por nada" nos parece un sueño irrealizable.
Sin embargo, no es así. Jesús nos invita a una vida en plenitud: "No os preocupéis por nada", "Buscad el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura", no os agobiéis, porque "El Reino de Dios está dentro de vosotros".

Jesús nos invita a mirar dentro de nosotros y descubrir la Verdad de nuestra vida. Existe una Vida que nos llena por dentro de Dios, única fuente de plenitud. Existe dentro de nosotros un aliento de vida que es el mismo Espíritu de Dios. Un aliento de vida que nos plenifica, nos abre horizontes inmensos de luz, de vida y
de amor. Existe dentro de nosotros la paz infinita de Dios y la armonía de una vida gozosa en manos de nuestro Padre Dios

Esa vida existe, es infinita y eterna. Es la Vida de Dios. Es Dios. ES DIOS EN NOSOTROS Y NOSOTROS EN DIOS.

¡Ojalá escuchemos en nuestro corazón esta llamada del Maestro interior que nos invita a despertar a una Vida en Plenitud.
Del libro:" En ti vivimos, Señor" de Manuel J. Fernández Márquez

jueves, 5 de enero de 2012

Seguir a Jesús y adorarle

Los pastores y los Reyes Magos adoraron a Jesús recién nacido, ellos sabían que era el hijo de Dios.

Primero los pastores, los más pobres y considerados pecadores por los judios, creyeron el anuncio del ángel, fueron al portal y sobrecogidos se arrodillaron ante Él.
Después los sabios de Oriente, tuvieron la suficiente fe para dejar sus tierras en busca del Señor y adorarle

Nosotros, ¿estamos seguros de buscar de verdad a Dios?, ¿tenemos la suficiente fe para reconocer y agradecer al Señor todos los dones recibidos?

Jesús no nos pide que hagamos cosas extraordinarias, quiere que le sigamos, que le amemos, que nos dejemos amar por Él. Quiere nuestras obras, pero sobre todo nos quiere a nosotros.


Debemos hacer lo que nos pida, ¡es difícil en algunas ocasiones!, pero si prestamos atención a su Palabra, si nos encontramos con Él en la oración y en los sacramentos, seguramente iremos comprendiendo que quiere de cada uno de nosotros.

Siempre con la ayuda de su Madre, la Virgen María, nuestra madre.
H. de Carmen

miércoles, 4 de enero de 2012

Unos sabios de oriente se presentaron en Jerusalén

 Unos sabios de oriente se presentaron en Jerusalén (v. 1)
Estos personajes, (magos, sabios) presentados por Mateo, significan:
- la necesidad de los humanos de encontrarse con el verdadero Dios;
- desde la realidad de la vida de cada uno (familia, profesión, trabajo...), cada persona ha de preguntarse siempre dónde y cómo se presenta Dios en la vida de cada uno;
- la decisión da abandonar su casa y su país simboliza el proceso que constantemente realiza el que con sinceridad quiere encontrarse con el Señor;
- la estrella que les guía es la luz de la fe, la llamada de Dios, que comienza a iluminar la oscuridad de su situación religiosa;
- estos rasgos manifiestan el deseo de iniciar un camino, un proceso, para encontrar a Dios.

En Jerusalén, los sabios
- dan testimonio de la llamada de Dios: Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo (v. 2);
- vencen las malas intenciones de Herodes;
- y la ignorancia de los sacerdotes y de los maestros de la ley;
- se dejan orientar por la Palabra de Dios, en la profecía de Miqueas (5, 2), que los maestros de la Ley indican (vs. 5-6);
- nuevamente la estrella de la fe los guía hasta Belén (v. 9).

 Vieron al Niño con su madre María y lo adoraron (v. 11)


Al experimentar de nuevo la iluminación de la fe en su camino, se llenaron de una inmensa alegría (v. 10). El esfuerzo de los viajeros por seguir la luz incipiente de la fe logró, al fin, encontrar al Niño con su Madre. María es figura de la Iglesia, en la cual encontramos al Salvador.

Lo adoraron como a Dios postrados en tierra. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra (v. 11).

Los sabios de oriente reconocen al Mesías en aquel Niño desvalido y pobre. Dios los ha orientado y fortalecido a lo largo de su camino de fe, poniendo de su parte el interés y el sacrificio por salvar enormes dificultades y, al fin, encontrar al Salvador.

Los dones que ofrecen al Niño son símbolo de su propio reconocimiento, agradecimiento y ofrenda de sí mismos y de sus vidas.

Lo adoraron. Adorar es, sobre todo, reconocer y agradecer el don de la vida en Dios, recibido gratuitamente, que nos lo regala desde su infinito amor. La semilla de la fe la recibimos en el bautismo, de manos de nuestra Madre la Iglesia, sin nosotros merecerla ni buscarla.

La catequesis nos tiene que conducir a reconocer en Jesús al mismo Dios, que nos ama y nos llena de sus dones, del mejor don, que es Él mismo, con Jesús en el Espíritu.

Regresaron a su país por otro camino (v. 12). Una vez que los sabios de oriente adoraron al Señor, entregándose a Él, quedaron transformados por el encuentro con el Mesías. Y regresaron a su tierra, convertidos, como personas nuevas, contentos de la experiencia vivida en aquella humilde vivienda.

P. Martín Irure