Muchas veces, alguno de nosotros, vivimos nuestra religión muy superficialmente, vemos o actuamos en situaciones muy poco caritativas, pero, pasamos, no pasa nada, ya lo pensaré mañana...
¡Cuántas veces nos da miedo mirar "con lupa" en nuestro interior!. Preferimos vivir aceptando una forma de vida que sabemos nos va endureciendo, nos hace crearnos un Dios a nuestra medida y nos aleja de nuestro Señor. Pero esta forma de vivir nos produce un doloroso vacío interior.
Debemos darnos cuenta de que nuestra verdadera felicidad depende de nuestro amor a Dios, anhelo de estar con Él, de hacer su voluntad, de aceptar nuestros contratiempos. Y entonces todo el amor que tenemos en nuestro corazón y que a veces nos quema por dentro, va dirigido hacia el principio y fin de nuestra vida: Nuestro Señor.
Recemos, pidamos e incluso supliquemos a Jesús que nos ayude a convertirnos esta cuaresma y en nuestra conversión de cada día.
Que Dios os guarde.
H. de Carmen
Que razón tiene,cuantas veces nos creamos un Dios a nuestra medida y una religión en la que escudarnos frente a los demás,pero nuestro interior no se corresponde con la apariencia; y si nos da miedo mirarnos,como decia San Agustín(espero una vez más no confundirme en la cita):"una virtud simulada es una impiedad duplicada:a la malicia une la falsedad"
ResponderEliminarPidamos que estos dias de conversión que nuestros actos sean de verdad, de corazón,y recordemos que por muy mal que veamos nuestro interior "El Señor es compasivo y misericordioso",y asi ayudados por su compañia lo seamos también nosotros: con nosotros y con los demás.