Comienza la Semana Santa con el Domingo de Ramos, ese día el pueblo de Jerusalén recibió a Jesús aclamándolo como rey alabándolo con palmas.
Nosotros también debemos proclamar a Jesús como rey de nuestra vida, debemos decirle que queremos seguirle aunque tengamos que sufrir por Él.
Aunque el domingo de Ramos mucha gente lo aclamaba, poco después fueron bien pocos los que le acompañaron en su pasión.
¡Pidamos al Señor que nosotros no nos olvidemos nunca de Él!
Sabemos que El verdadero centro de la Buena Nueva del cristianismo es la pasión, muerte, y resurrección de Jesús. San Pablo afirma el mensaje central de la más antigua proclamación de la Iglesia: “Porque yo les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, y que fue sepultado; que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se le apareció a Pedro y luego a los Doce”(1 Cor 15, 3-5).
Os dejamos las siguientes citas:
Así como Cristo aceptó la muerte corporal para darnos la vida espiritual, así soportó la pobreza temporal para darnos las riquezas espirituales. Santo Tomás de Aquino.
¡Camina en Cristo y canta con alegría!..., pues el que te mandó que le siguieses..., va delante de ti... El resucitó primero..., para que tuviésemos un motivo para esperar... San Agustín de Hipona
MEMM